Yo no. No es que sea un día terrible. Para nada. Pero para mí, cada final de año escolar me encuentra agobiada por un tumulto de emociones contradictorias que me complican la jornada. Por un lado está, por supuesto, el orgullo de ver como mis hijos van superando sus etapas y cumpliendo objetivos. Por el otro, siento que se me están haciendo tan grandes tan rápido, que me da nostalgia.
Hoy terminaron las clases en mi condado. Ayer pasé el día ayudando a las maestras de mi hijo mayor con la fiesta de fin de curso.
Los salones, ya estaban desnudos de los proyectos y demás decoraciones con las que los chicos los habían marcado como propios. Quizá lo encuentres ridículo, pero me puse triste. Cuántos esfuerzos, emociones, peleas, regaños, momentos importantes habrán pasado este año entre esas cuatro paredes. La mayoría de esos momentos desconocidos por nosotros los padres.
Al salir, vi a los niños de quinto grado. Todos graduándose de la escuela primaria (elementary). Algunas niñas ya subidas a zapatos altísimos, embadurnadas de maquillaje y con el cabello en peinados elaborados. Me pregunté ¿a los 11, 12 años ya van así, qué dejarán para la graduación de High School? El año que viene mi hijo estará graduándose también, con compañeritas apuradas por dejar la niñez y arrastrándolo a él con ellas. ¡Qué rápido pasa el tiempo!
Por el otro lado, sentí un gran orgullo. El cuarto grado fue duro para mi muchacho. Sufrió bullying, derrotas importantes en matemáticas y tuvo problemas varias veces por comportamientos inmaduros. Sin embargo, luchó contra sí mismo y los demás y terminó el año en el cuadro de honor con las mayores calificaciones.
Lee más en ¿Qué más?: ¿Tú también sientes que tus hijos están creciendo muy rápido?
Mi chiquito terminó kindergarten. Cuando comenzó no sabía leer, ahora es capaz de leer un libro de nivel 2 solo. Se lo debemos a una gran maestra. Me da alegría saber que ella también le guiará en primer grado. El cambio no será tan grande para él y eso me deja más tranquila.
Esta mañana al desayunar miramos las fotos que les hice el primer día de clase, en agosto del año pasado. Hablamos sobre todo lo que han cambiado, qué temían ese día y cómo se ven ahora. Ambos dicen que lo más importante que han aprendido es tener más confianza en sí mismos. Yo también aprendí mucho con ellos y de ellos. ¿Cómo te tomas los momentos en que se hace obvio que los niños están creciendo?
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Imagen vía Thinkstock