Claro que la actriz y súper sensual Sofía Vergara, podía confesar a voz en cuello en una entrevista que concedió a InStyle, que su edad la tiene sin cuidado – y tiene toda la razón- porque se ve fabulosa y está en un gran momento profesional. "Realmente no me preocupa", sostuvo. "¿No suena eso horrible? Recuerdo cuando [siendo niña] pensaba en que mi mamá a los 40 ya había llegado al final de su vida". En esa misma edición dijo que estaba pensando congelar sus óvulos por si en algún momento decía tener hijos con su ahora exnovio Nick Loeb.
Al cabo de un par de meses, ya no hay novio –aunque de acuerdo a Fox Latino los vieron juntos en un hotel en Manhattan-. De lo que si nadie ha dicho ni una palabra es de lo de los óvulos y de si la actriz tiene intenciones de lidiar una vez más con la crianza de un hijo. Aunque al menos en la pantalla chica si lo hará porque su personaje Gloria, finaliza la tercera temporada de Modern Family anunciando su embarazo.
Si Sofía Vergara desea ser madre o no es su problema. Claro, al estar tan de moda, pues el tema cala perfectamente en el cotilleo público. Total, seámos francas a casi todo el mundo le gusta un chisme. Pero hay un sinnúmero de mujeres, que no tienen la fama y la fortuna de la Vergara, pero sí su edad y se enfrentan cotidianamente al drama de si quieren tener hijos o no. Y mientras deciden como Hamlet si ser o no ser, los años pasan y las campanas hormonales empiezan a sonar.
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Quienes no se han estrenado en el agridulce rol de madre – y no me arrugues la cara, que aunque es una experiencia hermosa. A veces es todo un reto olímpico y difícil-. A los cuarenta años, pues tampoco es que tiene la vida por delante para reflexionar como el inmortal príncipe shakesperano. Decidir si ser o no ser "madres' es algo que deben resolver más temprano que tarde.
Yo tengo dos hermosos, saludables y quietecitos varones que valen por un autobús escolar. La verdad que cuando pienso en un tercer niño, es más en broma que en serio. Pero si tengo muchas amigas, a quienes igual que a mí, la cuarta década les está soplando el cuello. Algunas cruzarán la línea en un par de años y, otras ya la dejaron atrás. Casulamente todas se están debatiendo en si tendrán niños o no. Dos de ellas, sueñan con eso. De hecho, ya se están sometiendo a tratamientos médicos para lograrlo. La otra, un día dice que sí de forma rotunda, otro que tal vez y más adelante que no, sobre todo cuando está presenciando una de esas interminables rondas de saltos mortales desde el sofá al piso que protagonizan mis hijos.
Yo respeto tanto a quienes deciden tener hijos, como a quienes desechan la idea. Yo no podría vivir sin los míos. No me importa que suene a lugar común, ésos dos son mi vida, mi motor, mi luz, mi tesoro, mi centro, mi mayor felicidad y mi mayor angustía. Eso sí, cuando se tienen treinta y largos como yo, o cuarenta y pocos, ya no nos sobra el tiempo, para tomar la decisión, porque el tiempo de actuar se acorta. Aunque para muchos los cuarenta son los nuevos veinte, hasta para decidir cuándo tener hijos.
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Imágenes vía The Grosby Group
