Por lo general, mis hijos se entretienen solitos. Aunque se pelean por el mismo juguete todo el tiempo, la verdad es que se pueden pasar horas jugando juntos lo cual es maravilloso. El problema es cuando me piden que juegue con ellos–especialmente el más chiquito que está obsesionado con los carros.
No tengo ningún problema con sentarme a jugar un par de minutos, pero después de eso siempre busco una excusa para salir corriendo. Y es que, la verdad, me aburre un montón. Pero después me da pena y me siento culpable de no ser el tipo de madre que puede pasarse horas jugando con carritos o aviones o al té o con barbies.
Lee más en ¿Qué más?: Las ventajas de los grupos de juego infantiles
La cosa es que lo he intentado, pero Santiago tiene solamente 2 años y está contento con solo empujar sus 80 mil carritos de un lado del sillón al otro. Con Vanessa es un poco más divertida la cosa, pero igual, después de un rato, estoy buscando que más hacer.
Vale la pena aclarar que no estoy diciendo que nunca hago nada con mis hijos y que los ignoro todo el día. Lo único que estoy diciendo es que no me gusta jugar con sus juguetes, pero no tengo ningún problema con jugar en el parque con ellos, o ir a montar bici, o ir a la piscina, etc., etc.
Cualquiera diría que no tuve una buena niñez o que no tuve juguetes, pero ¡nada que ver! Tuve una excelente niñez, llena de alegría, diversión y muchos juguetes. Lo que no tuve fue una mamá que jugara conmigo… y al parecer, no me afectó en lo más mínimo. Además, se dice que dejar que los niños jueguen solos les ayuda a desarrollar su creatividad.
¿Quieres encontrar a otras mamás como tú? ¡Sigue a MamásLatinas en Facebook!
Así que ya no me voy a sentir mal por no jugar con ellos, pero tengo que admitir que si voy a hacer un mayor esfuerzo porque sé bien que algún día en vez de pedirme que juegue con ellos me van a pedir que los deje solos…
¿A ti te gusta jugar con tus hijos y sus juguetes?
Imagen vía yoshimov/flickr