No soy mamá todavía, pero tengo varios ahijadas y ¡me encanta ser madrina! Recibo todo el amor de ellos que pudiese querer, y por eso me tienen absolutamente dedicada a ser quien les malcríe con cada antojito. Nunca tengo que ser ¨la mala de la película¨ porque no soy la mamá, ¡soy la madrina!
Cuento con tres adoradas ahijadas: mi sobrina de 17 años por parte de mi esposo, la niñita de cuatro años de mi mejor amiga, y ahora de la bebita de un año de mi hermana.
¿Sabes cuál es mi cosa FAVORITA de ser madrina? La compra de la ropita del bebé para el bautizo y participar en los preparativos de la ceremonia. Los volantes, los zapatitos blancos de charol, los arreglitos con encaje para la cabeza. ¡De veras que me vuelven loca!
Probablemente lo más especial de mis días como madrina ha sido ir de compras con mi mejor amiga para comprar el traje bautismal de su querida Isabella. Esta bebita era su primera y su esposo es bien religioso, así que se trataba de un evento importantísimo. Asumí mi rol de ¨Mima¨, como me dice la adorable Bella, bien seriamente.
Fuimos a una cantidad de tiendas en la ciudad de Nueva york, pero ninguna tenía las cosas que necesitábamos para hacer de éste un evento culturalmente relevante. O sea, ¿dónde estaban los azabaches? ¿Dónde la ropita prendida de encajes y los lindos sobreritos para bebé? No podía encontrar todas esas cositas que sabía que luego de haber estado presente en 1,476 bautizos como parte de una gran familia, sabía que iba a necesitar para éste.
Por supuesto que vine a encontrarlo todo en una tiendita súper tradicional en un barrio del Bronx. Si bien tengo que admitir que como que se nos pasó un poco la mano, la pasamos TAN BIEN. Además, el día del bautizo, Bella a sus cortos 8 meses de edad parecía realmente disfrutar lucirse en su fabuloso atuendo.
Me sentí tan bien parada en la iglesia, frente a la comunidad y nuestras familias prometiendo cuidad de Bella, su mamá y papá con todo el apoyo y amor que se merecen. Sé que ser madrina es una gran responsabilidad. Al final del día, aunque yo sea la que juega y disfruta con ellos, siempre estaré ahí para todas y cada una de mis ahijadas.
Según me preparo para el bautizo de mi sobrinita, sé que será diferente, pero el sentimiento será igual de especial. Mi sobrininta, como mis otras dos ahijadas, tendrá alguien ahí además de su mamá y papá que le quiera y proteja sin importar qué.
¿Planeaste una gran celebración para el bautizo de tu bebé? ¿Tus hijos han sido bautizados?