Las compras en el supermercado con mis hijos ya no son una tortura

Mi madre siempre ha dicho… ¨No vayas al supermercado con hambre porque terminas queriendo comprar todo lo que ves¨.  Bueno, yo tengo otro dicho al respecto… ¨Cuando vayas al supermercado con niños no olvides llevar tus municiones¨. Sí, leíste bien… municiones.  Es que entre los antojos y los llantos, ir al supermercado con los niños se puede convertir en una guerra interminable así que mejor ir preparada para la batalla, ¿no?

Siempre trato de ir de compras sola por varias razones.  Una porque entro y salgo mucho más rápido. Dos porque no tengo que lidiar con los antojos y el "mami, por favor cómprame ésto y ésto y ésto".  Sin embargo, muchas veces no lo puedo hacer y me  tengo que llevar a mis dos hijos. Recuerdo una vez que estaba sola en la casa con ellos y me doy cuenta que necesitaba ingredientes para la cena de esa noche… en otras palabras, tenía que ir al supermercado con los niñitos. En esa ocasión no estaba preparada para el evento; es decir, no llevaba mis "municiones" en la cartera. Creo que me demoré más explicándoles porqué no iba a comprar esos dulces o esas papitas, que lo que me demoré eligiendo los ingredientes que necesitaba comprar.

Fue en ese momento que se me ocurrió llevarme cositas saludables de comer/picar de la casa. Por ejemplo, llevo algo dulce y algo salado. De dulce, como a mis hijos les encantan las frutas, en una bolsita llevo uvas, melón, o hasta fresas. De salado, en una bolsita llevo galletas saladas, galletas de queso o papitas de vegetales. Por alguna razón, en esos momentos el compartir pierde significado por completo para mis hijos; así que me preparo de antemano y aseguro llevar dos bolsitas de cada cosa. 

Reconozco que siempre quieren algo que de pronto vieron en un comercial y quieren probar o simplemente quieren algo que no hemos comprado en mucho tiempo. Para eso, tengo una regla que repito antes de entrar a la tienda: cada uno tiene derecho de elegir una sola cosa. Es gracioso ver a Andrea, la mayor, negociando con Santiago para comprar cosas que ambos puedan disfrutar. Ahora bien, lo que elijan sólo lo pueden abrir en la casa. De esta manera apoyo el concepto de que si quieren comer algo en la tienda tiene que ser los snacks que llevo yo.

Mi esposo se burla porque dice que verme salir al supermercado con los niñitos es toda una planificación… Pero debo admitir que esa planificación me funciona a ¡¡¡perfección!!! 

¿Qué haces tú para lidiar con los "antojos" de tus hijos en el supermercado? 

Imagen vía Fernando Ariotti/flickr