Las actividades extraescolares, ¿ayudan o perjudican el desempeño escolar?

Karate, tenis, música, béisbol y arte. Ésa es la lista de actividades que hacen mis niños fuera de la escuela. Mi esposo dice que es demasiado, pero los chicos protestan cuando amenazo con cancelarles algo, aunque muchas veces nos encuentran las 7 de la noche aún haciendo tareas.

Para mí funciona. Aparte de las ventajas obvias de aprender deportes y disciplinas culturales, me encanta que lleguen al final del día sin haber pasado más de una hora frente a una pantalla electrónica. Pero entiendo la preocupación de mi marido y me he llegado a preguntar si las protestas que recibo a la hora de levantarse en las mañanas serán porque están demasiado cansados.

Los expertos, sin embargo, dicen que estoy haciendo lo correcto. Todos los estudios que he leído sobre el tema aseguran que las actividades extraescolares, bien enfocadas, son positivas. El más reciente, publicado por el Departamento de Psicología de Universidad de Córdoba, España, indica que estas clases “fomentan la autoestima, la responsabilidad, capacidad de concentración, madurez e incluso aumentan las aspiraciones de los niños”. Estadísticas estadounidenses indican que los jóvenes que tienen ocupaciones en las tardes tienen mejores calificaciones y mayor tendencia a terminar la secundaria y seguir a estudios superiores.

Sin embargo, hay que tener cuidado. Es importante mantener el equilibrio, recomiendan los especialistas. Por ejemplo, llenar de actividades deportivas a un niño con cero coordinación o agilidad puede tener un efecto contrario al que buscamos. Quizá sea mejor ponerlo en clases individuales del deporte que más le interese e introducirlo a un equipo cuando se sienta más seguro.

“También es básico que los pequeños hagan cosas que realmente disfruten. Las actividades extraescolares son para el niño. No para los padres”, afirma el psicólogo miamense Gonzalo Henríquez. Yo sé bien lo que quiere decir eso. Sueño con que uno de mis hijos toque el piano, pero todos mis esfuerzos hacia eso han sido recibidos como tortura.

Por otra parte, el equilibrio también hay que dirigirlo hacia las cosas no tangibles que aportan estas clases. Por ejemplo, a mis hijos el tenis les da confianza en sí mismos, el karate y el béisbol enseñanzas de cómo trabajar en equipo. Hasta ahora la música les está reforzando la idea de que las matemáticas son útiles en todos los aspectos de la vida y el arte… con el arte están aprendiendo que todos somos artistas.

Imagen vía Kentucky Country Day/flickr