Son muchas las razones por las que miles de personas emigran de sus países. Amor, trabajo, aventura, seguridad económica e, incluso, persecución, búsqueda de asilo político y más. Sin embargo, los retos de criar hijos en otro país son aún mayores.
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Es posible que el mayor reto sea la soledad y la falta de una red de contención que te apoye en tu maternidad. Lejos de nuestra familia, no sabemos a quién recurrir cuando necesitamos a alguien que cuide a los niños o qué hacer cuando uno de ellos se enferma a las tres de la madrugada.
Es complicado mantener los vínculos familiares a la distancia, sobre todo si están en husos horarios distintos. Tienes que ingeniártelas para conseguir una niñera que te inspire confianza y un médico que tome en cuenta los retos familiares que atraviesas.
Y ni hablar de que hay que iniciar una búsqueda desde cero para las guarderías y escuelas de los niños. Así como de lo difícil que es inculcar una identidad cultural arraigada a tu país de origen cuando los niños se crían en otra cultura completamente distinta.
Sabemos que todo esto puede ser abrumante y por eso tenemos algunos consejos para hacer este proceso más llevadero.
Escucha estos consejos en este episodio de nuestro pódcast 'Mamá Dice':
Debes tener mucha paciencia y ser flexible con tus hijos, ya que están en un proceso de adaptación.
De por sí, la maternidad requiere mucha paciencia, pero estando lejos de la familia, a veces necesitamos ser aún más pacientes. Tanto tú, como tus hijos, están en un proceso de adaptación al nuevo país, así que hay que tener flexibilidad para apoyarlos en el camino.
Intenta mantener la conexión familiar, a pesar de la distancia.
Las videollamadas, las cartas y los mensajes de voz y de texto hacen que las distancias se acorten un poco. Fomenta que tus hijos conozcan a la familia que no vive cerca de ellos, creen reuniones virtuales juntos y envíense fotos para mantener el enlace.
Aprende a organizarte de todas las formas posibles.
Un calendario familiar puede ser de gran ayuda para anotar todo lo que sea importante. También podría ser útil incluir a los niños en las tareas del hogar y planificar los menús de la casa con antelación, ya que son formas de organizarse cuando no está la familia cerca.
Haz que tus hijos aprendan sobre su país de origen y sus costumbres.
A pesar de la distancia, es posible que conozcan las bases de su identidad cultural. Esto les ayuda a sentirse orgullosos de su origen y a fortalecer su autoestima.
Busca la forma de sacar tiempo para ti porque es muy probable que sufras de agotamiento.
Sobre todo en los días especiales y vacaciones es importante que te cuides a ti misma ya que esto te ayuda a ser una mejor mamá. Saca esos momentitos para ti, así sea después de que los niños se duerman. Es una forma de canalizar tus energías.
Si ya hiciste amigos en la nueva ciudad, apóyate en ellos.
Cuando se vive lejos del país de origen, los amigos pasan a ser nuestra familia. Este puede ser tu nuevo grupo de apoyo a la hora de necesitar alguien que cuide a los niños, alguna recomendación de escuelas o una salida para relajar a la familia.
Visita a tu familia o pídeles que te visiten.
Sabemos que no todo el mundo tiene la posibilidad de viajar, pero hacerlo puede ayudar a estrechar los lazos familiares. La ventaja de que estés lejos es que tienes meses para preparar la casa para recibir a tus familiares, así que no tendrás a tu mamá quejándose de que haya juguetes tirados por todas partes.
A pesar de todos los retos, ha sido tu decisión vivir lejos de tu familia, para bien o para mal.
Repasa esas razones que te hicieron mudarte porque, es posible, que te reiteres en tu decisión. Nada es estático en esta vida y, quizás, una ventaja de estar lejos de casa es que no tendrás que escuchar los consejos de crianza no deseados de tus familiares. Poco a poco irán adaptándose, encontrando dónde se sienten a gusto y creando su red de apoyo. Eres más fuerte de lo que crees y tus hijos también lo son. ¡Ánimo!
