En ocasiones, los programas de televisión de espectáculos y entretenimiento abordan temas bastante delicados, tal y como ocurrió el pasado viernes 15 de diciembre en ¡Siéntese quien pueda!, donde Alex Rodriguez presentó un reportaje sobre el abuso que sufrió un pequeñito mexicano y que tras dos años el diácono Gerardo Espinosa Rubí se declaró culpable por abusar sexualmente de Abner, un niño de siete años de edad.
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Durante la emisión se presentó el testimonio de Esperanza González Martínez, soprano concertista que solía participar en las homilías de la iglesia San Juan Evangelista en un municipio de Puebla, México, y su testimonio fue desgarrador. Pero después uno de los presentadores del show no pudo más e hizo una confesión que dejó a todos sorprendidos.
El reportaje de Alex Rodríguez que dio paso a la revelación.
Alex Rodríguez es uno de los panelistas que hace todo tipo de reportajes de actualidad y recientemente presentó un caso que resultó indignante, pero a la vez alentador, ya que mostró el testimonio de una madre que tuvo que pelear hasta las últimas consecuencias para lograr que se hiciera justicia tras el abuso a su hijo cometido por un sacerdote en México.
Uno de los integrantes del show reavivó su pasado.
Tras el reportaje, los panelistas de la emisión, producida por Carlos Mesber, comenzaron su tradicional debate y fue entonces ahí que Lucho Borrego reveló que cuando era niño fue tocado inapropiadamente por un sacerdote, pero aseguró que este oscuro momento en su vida no ha quebrantado su fé y devoción en la iglesia católica.
El comunicador contó su experiencia con la voz entrecortada.
“Siendo un niño de 13 años, en el colegio donde yo estudiaba en Santa Marta, sí hubo un acercamiento impropio de quien era el rector de mi colegio y que yo sabía que había tenido otros acercamientos impropios con otros niños de mi colegio”, contó en televisión, Lucho Borrego.
Pero no pierde la fe y se refugia en Dios.
El presentador colombiano aseguró que nunca le contó este suceso a su familia y que no sabía si lo había callado por miedo o por angustia. “Siempre me refugié en Dios y en los buenos sacerdotes que he tenido en mi vida”, expresó. Además de que hizo un llamado a no generalizar a la iglesia católica y a los sacerdotes por este tipo de acciones incorrectas que algunos religiosos tristemente cometen. “No puedo tirarle una patada a mi iglesia por malos sacerdotes”.