Cuando supe por primera vez que muchos perritos eran entrenados para ayudar a las personas con problemas emocionales, comprendí que la compañía canina va mucho más allá de su presencia en casa como un miembro más de la familia, ya que también son grandes amigos medicinales. De hecho, muchos médicos especialistas en la salud mental suelen recomendar por escrito y de manera oficial en los diagnósticos de algunos de sus pacientes adquieran un Emotional Support Animal (E.S.A., por sus siglas en inglés). Esto es porque los perros pueden fungir como un gran apoyo en momentos de estrés, ansiedad, depresión y miedo, por mencionarte algunos desequilibrios emocionales. Para valorar su gran labor y reconocerlos, te comparto los beneficios que tu mascota perruna puede aportar a tu equilibrio emocional.
Más en MamásLatinas: Pasear a tu perro es beneficioso tanto para tu mascota como para ti
Seguramente has escuchado que el perro es el mejor amigo del hombre y así es. Su mirada tiene algo especial que comunica que te entiende, que se conecta con tus emociones y que además te da consuelo. Además, sientes que su aceptación es incondicional. No importa como esté tu estado de ánimo, puedes estar feliz o enfadada ellos te querrán igual y se acercarán a ti con amor.
Cuando te sientes sola, triste o incluso con algún vacío emocional, tu perrito siempre estará ahí para levantarte el ánimo y darte un poco de motivación. Así que pon atención a estas ventajas que te enumero para que cada vez que estés con tu mascota perruna, le des las gracias por todo el apoyo emocional que te da a ladridos llenos.
Escucha en nuestro podcast Mamá Dice los beneficios de sacar a tu perro a pasear:
El perro tiene el poder de generar sensación de descanso.
Quizá no lo habías notado porque no has puesto atención en ello. Te invito a que hagas la prueba y descubre lo que sientes cuando tu perrito se acerca a ti cuando llegas a casa después de un día agitado. Verás como a pesar del agotamiento mental que puedes traer o el cansancio físico, de inmediato te sentirás más relajada. Incluso si te das la oportunidad de cargarlo o acariciarlo notarás como su presencia te ayuda a descargar todas tus preocupaciones. Tu perrito busca tu compañía, pero al mismo tiempo quiere darte paz al verte llegar.
Reduce los efectos de un padecimiento depresivo.
Si te sientes deprimida, triste o con un vacío existencial, la presencia de tu perro o incluso la consideración de adoptar uno, de preferencia adulto, te puede ayudar a aminorar esta sensación de profunda soledad. Hay estudios que demuestran que al mirar a tu perro directamente a los ojos en tus momentos emocionales bajos, el cerebro comienza a producir neuroquímicos como la oxitocina, que es considerada la hormona de la felicidad.
Favorecen un envejecimiento con salud mental.
De acuerdo a una encuesta anual https://espanol.umich.edu/noticias/2019/04/03/encuesta-las-mascotas-ayudan-a-los-adultos-mayores-a-enfrentar-problemas-de-salud-socializar/ que se realiza sobre envejecimiento saludable en el Instituto de Políticas e Innovación de Salud de la Universidad de Michigan, se descubrió que adultos que oscilaban entre los 50 y 80 años, el 55% de los encuestados afirmaron que tener la compañía de su perro los ayudó a mantener el equilibrio en su salud emocional e incluso física. Los efectos positivos estaban relacionados con sentirse queridos y disfrutar de la vida a pesar de los estragos de la edad. Muchos estuvieron de acuerdo en que sus perritos los ayudaban a lidiar con cualquier tipo de dolor físico e incluso emocional debido al paso del tiempo.
Reducen el estrés por trabajo.
De acuerdo con un estudio publicado en el Diario Internacional de Gestión de Salud en el trabajo, cuando hay un perro en el trabajo hay muchos beneficios para la salud de las personas que se encuentran en dicho espacio. Los investigadores que participaron en este estudio de la Universidad Comonwealth de Virginia, descubrieron que los niveles de estrés de los empleados del lugar donde se practicó la investigación se redujeron considerablemente. Además, el rendimiento y la satisfacción aumentaron. Es una buena idea que se debería implementar en muchas empresas si se hiciera con los lineamientos adecuados de protección a las mascotas.
Te impulsan al movimiento físico.
Hacer ejercicio ha sido una de las mayores recomendaciones de todos los médicos del mundo, es la mejor medicina natural para todos los males ya que el cuerpo en movimiento es garantía de salud. Si le sumas que puedes realizar actividad física con tu perro, los beneficios son todavía mejores. Toma en cuenta que tu perrito siempre te va a impulsar a que hagas cosas que, si no fueran por los cuidados que debes brindarle, quizá no harías. Esto es cuidar la salud, ya que cuando tienes que sacarlo a pasear, jugar con el, dedicarle tiempo para entrenarlo, estas moviendo tu cuerpo, tu mente y tus emociones.
Pueden detectar el cáncer.
El Sistema Británico de Salud Pública confía tanto en la fiabilidad de los perros para detectar el cáncer que los ha incorporado a sus pruebas de detección. Uno de los casos más mencionados y que llevaron a comenzar diferentes estudios al respecto fue la detección que un perro hizo de un melanoma maligno de su dueño en 1989. Este tipo de habilidad requiere de un entrenamiento especial para que se conviertan en detectores y es gracias a su gran olfato que lo logran.
Aumentan la capacidad de expresar afecto.
Tu perro puede convertirse en tu más leal confidente. Cuando tú platicas con él sobre cómo te fue en el día o simplemente lo observas en silencio, sabrás que jamás serás juzgada por él. De alguna manera te lleva a sentirte en una zona segura donde puedes ser tú e incluso donde te animas a expresarle afecto sin temor a ser rechazada ya que toda muestra de amor que le proporciones será muy bien recibida.
Mejoran la calidad de vida ante enfermedades crónicas.
¿Sabías que cuando acaricias a tu perro reduces tu tensión arterial? También te ayuda a fortalecer tu sistema inmunológico. Hay mucha magia detrás de los perritos porque además de ser tus fieles acompañantes, provocan cambios favorables en tu organismo que ayudan a que lo mantengas en equilibrio y balance. Todo esto tiene efectos naturales en tu tranquilidad por lo que tu calidad de vida mejora independientemente a la enfermedad crónica que puedas padecer.
Te ayuda a rodearte de personas.
Esto implica que tu perro prácticamente te obliga a la socialización, aunque no sea tu objetivo. Date cuenta que cuando lo paseas lo integras a un club de entrenamiento o lo inscribes en alguna actividad, tienes que interactuar con otras personas que incluso tienen ese tema en común, “el perro como mascota”. Platicar con otros y tener contacto es parte del equilibrio emocional. La interacción es necesaria para favorecer a la mente y sentirse en grupo, algo muy necesario para nosotros como seres humanos.
Tienes menos probabilidades de un ataque al corazón.
Un dato muy interesante es que el Registro Nacional de Suecia hizo una investigación que comprobó que los dueños de perros que convivían con ellos continuamente tuvieron muy poca probabilidad de padecer infartos al miocardio o insuficiencias cardiacas. Además, dicha investigación concluyó que las razas de perros de caza son las más adecuados para lograr el equilibrio en sus dueños.
Aumenta tu sensación de seguridad.
Además de que te sientes acompañado y eso es una razón que te libera de ciertos miedos, existen razas que también pueden ser un filtro de protección ante cualquier intento de daño de personas con malas intenciones hacia ti o tu espacio. No se trata de promover la agresión de ninguna manera. Sin embargo, cuando tu perro te protege a ti y a tu familia, eso te da una dosis extra de seguridad para sentirte tranquila en casa o fuera de ella cuando tu mascota perruna te acompaña.
Le da un propósito a tu día.
El hecho de que dentro de tu rutina tengas en mente el cuidado de tu perrito te mantiene atenta a sus necesidades, por lo que tu sentido de protección y cobijo se encuentran activados las 24 horas. Esa rutina más que ser un hábito automático es algo que le puede dar sentido a tu vida y mucha alegría por cada momento que tu perrito pasa contigo. Con sus lamidos, invitaciones a que juegues con el o sus muestras de cariño te sentirás con un aliciente que te recuerde que nada es tan malo como parece.
Desarrolla tu sentido de responsabilidad.
Esto es porque te ayuda a que organices mejor tu mente debido a que tienes que crear horarios en función de sus necesidades. Además, tus hijos aprenden de ello también. Todos participan en su cuidado sintiéndolo como una responsabilidad que más que provenir del deber, proviene del amor genuino, ya que todos se comprometen a ser recíprocos, ya que amor con amor se paga. Es una relación especial con la responsabilidad practicada desde el sentimiento genuino de amor, protección y cuidado.
Ayudan a tus hijos a fortalecer su autoestima.
La forma en que un niño juega con su perro es muy distinta a la que los adultos lo hacen con ellos. Con esto no quiero decir que la actividad no sea divertida para grandes y chicos. Sin embargo, la diferencia radica en que tu niño crea el vínculo desde ahí, desde sentirlo su compañero de juego. El perrito es su medio de escape en muchos sentidos, tanto cuando esta aburrido como cuando está triste. Además, su autoestima se eleva cuando al estar al cuidado de su mascota se siente importante, útil y con responsabilidades. Esto lo hace ver y vivir la vida desde otro enfoque que lo empodera como un niño capaz.
Ayuda al crecimiento psicomotor en niños con necesidades especiales.
Al ser un compañero de juegos, un perrito impulsa a los niños a desarrollar habilidades a manera de entrenamiento y que resulta muy favorecedor en el desarrollo psicomotor. Es una especie de terapia motora que fomenta que los niños con necesidades especiales puedan alcanzar logros en estos ámbitos a través de su perrito. Incluso les ayudan a sentirse incluidos y facilita sus habilidades sociales en cuanto a integración, ya que la convivencia con ellos evita cualquier tipo de problema social que pudieran tener debido a las necesidades especiales.
*Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes *
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