En MamásLatinas somos conscientes de la realidad que atravesamos a nivel mundial y queremos hacer un llamado a tu conciencia y sobre todo a la reflexión. No es nuestra intención apagar tu ánimo o despertar tus miedos con malas noticias, es solo que no podemos estar ajenas a los momentos que atravesamos en estos tiempos tan difíciles. A veces creemos que los desastres mundiales solo se ven en las películas hollywoodenses y parece increíble que las catástrofes se vayan convirtiendo en una realidad.
Cuando nos topamos de frente con el caos que acompaña al mundo en estos tiempos de violencia, disturbios, cambio climático, feminicidios, infanticidios, acosos, abusos de poder, y lo más reciente, la pandemia del coronavirus, corremos el riesgo de entrar en desesperación y pánico. Lo más importante ante todo lo que ocurre es mantener la calma, tomar las precauciones necesarias ante la realidad que vivimos y, sobre todo, no contribuir a que ningún desastre crezca. Es por ello que te compartimos estos consejos para que te mantengas tranquila aun en medio del caos.
Más en MamásLatinas: Todo sobre el coronavirus y como proteger a tu familia de esta enfermedad mortal
Todo aquello que es inesperado y que amenaza nuestra vida, es algo que de inmediato detonará nuestras respuestas de supervivencia, ya que tu organismo se preparará para huir, atacar o paralizarte. Sin embargo, a veces el pánico puede ser el peor de tus enemigos, ya que solo bajo la calma puedes llevar a cabo cualquier solución de manera eficaz. Y con esto, no quiero decir que te vuelvas indiferente o apática ante lo que estamos viviendo. Claro que todas podemos tener miedos al respecto, sin embargo, vivir en una condición de estrés permanente puede dañar tu salud tanto física como emocional.
El estado de alerta continuo, combinado con un poco de paranoia, es la peor de las mezclas, ya que nos puede llevar a experimentar ataques de ansiedad repentinos. Lo mejor ante situaciones de crisis mundiales como las que estamos viviendo ahora es seguir las indicaciones de las páginas oficiales. En el caso de las pandemias, la página de la OMS (Organización Mundial de la Salud) es la más indicada para darle seguimiento exacto y que te mantendrá bien informada.
Busca las páginas oficiales que te darán datos realistas de la situación de crisis.
Tal como te lo mencioné, es importante que no vivas en un estado de paranoia o de alerta permanente. Este estrés puede hacerle mucho daño a tu mente y a tu organismo. Evita ver noticias que no provengan de fuentes oficiales. Mantente informada de las indicaciones a seguir y evita enfocarte en el desastre, las imágenes pueden alterarte mucho.
Si los pensamientos catastróficos te atacan, usa la técnica de concentrarte en la imagen opuesta.
Si bien es cierto que en un momento de crisis los riesgos como el de contagio en caso de pandemia son elevados, también es cierto que teniendo los cuidados pertinentes estarás a salvo. Cuando imagines lo peor, sólo contrasta con una imagen de lo que sí quieres que te suceda, de lo que sí quieres sentir y de lo que sí te dará paz.
Deja de sacar conclusiones precipitadas y respira antes de creer que ocurre lo peor.
La respiración controlada es fundamental para que te tranquilices ante una pequeña crisis de ansiedad. Ante un mal pensamiento, puedes sentirte mareada y quizá con sensación de ahogo. Por lo tanto, es importante que inhales profundo y exhales sin acelerar. Después de hacerlo 10 veces, sacude tu cuerpo.
Es necesario que conozcas todos los contactos de emergencia.
Independientemente a la crisis que enfrentes, ya sea un desastre natural, un peligro latente o una pandemia, lo ideal es que tengas todos los contactos importantes en tu teléfono móvil. Desde el médico especialista que puede ayudarte en una crisis hasta el centro de atención para víctimas de delitos o incluso centros de apoyo ante los desastres naturales.
No permitas que la crisis se convierta en un tema central de conversación en casa.
Si bien es cierto que deben estar entrenados ante cualquier suceso catastrófico o crisis de salud, es importante seguir una rutina basada en aspectos que nutran emocionalmente tu día y el de tus hijos. Además, deben reducir cualquier tipo de tensión que pueda sumirlos en pánico. Hablen sobre lo mejor del día o sobre cosas divertidas. Cambia el tono de las conversaciones trágicas.
Evalúa las posibles soluciones ante lo que estés atravesando.
Sé que a veces necesitamos desahogo y podemos acudir a amigos, familiares o personas de confianza. Sin embargo, ellos al igual que tu pueden ser ignorantes en el tema que les quieres compartir y ante el que buscas solución. Si es un médico, un consejero de intervención en crisis, un terapeuta o un experto en desastres naturales, acude a ellos antes que a cualquier otra persona.
Ejecuta pasos concretos, no divagues y mantén tu concentración.
Para ello, necesitas estar atenta y por lo tanto confiar en las instrucciones que recibas. Lo recomendable es que lo anotes literalmente o que lo grabes a manera de tutorial para que no se pase ni un solo detalle del seguimiento que debes darle a la situación. Esto te dará una base de solidez y seguridad que no te tomará por sorpresa.
Ante situaciones de caos, no olvides que eres adulta y debes mantener la calma.
Los niños son muy receptivos y si te sienten vulnerable, se sentirán perdidos. No olvides que tú eres la luz en su camino y que su sentido de protección y de seguridad depende mucho de la forma en cómo te perciban ante las intervenciones en cualquier crisis. No se trata de que minimices, sólo se trata de que pongas el foco de atención en las soluciones.