Hace tiempo escuchaba en una cafetería a un par de mujeres conversando sobre lo "hartas que estaban de sus parejas", y más allá de los detalles de la conversación, ambas estaban planteándose la posibilidad de una separación. Y en un tono impotente, parecía que no encontraban otra solución. Claro, todo depende del conflicto, porque hay batallas que valen la pena y hay batallas que solo te desgastan y sufres gratuitamente. A veces, el ego nos pone trampas y la necesidad de controlarlo todo también. Las peleas sin razón, esconden tus más profundos miedos y, contrario a lo que crees, no te ayudan a resolver nada, así que elige bien tus batallas y sigue estos consejos que te comparto.
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El enemigo número uno de las discusiones sin sentido es la lucha de poderes. Es increíble ver cómo en terapia me encuentro con muchas parejas que me dicen la frase: "no me acuerdo ni por qué peleamos, pero me sentí muy mal". Ni siquiera recuerdan el problema, pero sí se aferran a la necesidad de ganar la discusión.
Es sumamente importante que filtres las cosas que ameritan una discusión y cuáles simplemente te ponen a prueba. Disfruta tu relación, no todo puede ser como tú quieres, es importante que aprendas a hacer acuerdos, y en ocasiones, hay que renunciar a algunas cosas para ganar otras. Así que pon atención y toma nota de estos consejos.
Mira el fútbol todo el tiempo o no recuerda fechas importantes y sientes que no te pone atención.
Puedes sentir que todo esto es significado de falta de atención a la relación y comienzas a tomarlo personal. No te sientas ofendida con algo que se puede resolver platicando y buscando soluciones de común acuerdo.
Evita el reclamo y no caigas en el victimismo, mejor se pro positiva en la búsqueda de opciones de solución.
Mas que reclamar y sentirte enojada por ello, habla de cómo te sientes con la intención de llegar a un acuerdo. En realidad, no es justificación, pero lo neurocientíficos han sido muy claros cuando explican que el cerebro del hombre no tiene la capacidad de poner atención a muchas cosas al mismo tiempo.
Sin que te de motivos, mueres de celos por sus amigas y le prohíbes cualquier tipo de contacto.
Quizá no se lo prohíbas directamente, pero cuando convive con ellos, tienes una actitud terrible y hasta puedes ser grosera, comienzas a hacerte historias en la cabeza y cuando los celos te consumen, entonces crees tener motivos para negarle una vida social.
Acepta que tus celos hablan de tus inseguridades y debes ponerte atención y trabajar sobre ellos.
Una cosa son los celos considerados “naturales” y otra cosa es que te conviertas en una detective que para todo busca pescarlo en algo sospechoso. Necesitas trabajar contigo misma para ser mucho más segura y confiar más en ti. La angustia te puede consumir y afectar muchísimo tu relación.
Cuando su mamitis los hace pelear todo el día, al grado de que ya entraste en rivalidad con ella.
Sé que la mamitis no es agradable, sobre todo cuando te enfrentas a comparaciones o comentarios del tipo: “mi mami cocina mejor”. Esto puede ser un gancho al hígado, pero no permitas que se convierta en una batalla eterna y actúa de forma mucho más inteligente que la confrontación y los reproches.
No compitas con su madre, esto podría acrecentar aún más su apego enfermizo a ella.
Renuncia a la competencia emocional que te has creado. Solo establece límites, no te compares y se siempre muy respetuosa. Si no quieres visitarla, estás en tu derecho. Toma distancia de forma cordial y no te expongas a conflictos innecesarios.
Cuando eres tan controladora, que te molesta cada movimiento que hace y hasta le dices cómo comportarse.
Te conviertes en una madre controladora. Usas frases como: “no grites, no hables así, no te vistas así, no camines así, ¡no respires así! ¡Que horror! ¿en qué momento pensaste que tu pareja puede ser una plastilina a la que puedes moldear a tu antojo?
No anules el criterio de tu pareja, esto puede convertir tu relación en una relación tóxica.
Es importantísimo que se traten como adultos, por lo tanto, no fomentes la infantilización de tu pareja y evita que se convierta en una especie de marioneta. Esto podría molestarte mucho a la larga, e incluso dejaría de resultarte un hombre atractivo.
Peleas por las publicaciones o comentarios de sus redes e incluso lo monitoreas para hacerle reclamos.
Esto se ha convertido en algo muy común y en un motivo de grandes peleas y discusiones en muchas parejas. A veces un like puede ser causal de una discusión interminable. Esto es una variante del control y los celos. No te obsesiones en vigilarlo.
Necesitas desarrollar una gran fuerza de voluntad y no estar husmeando en sus redes sociales.
Es muy tentador entrar a las redes sociales y buscar algo sospechoso. Vigilarlo habla de tu baja autoestima y de la falta de autoconfianza. Es necesario que te enfoques en ti y en levantar tu autoestima.
Porque no coopera con las labores domésticas y deja tirada su ropa por todos lados.
Es descuidado con las labores y puedes sentir que no valora tu esfuerzo. Sientes que lo descalifica y que además no te apoya. Quizá se lo reclamas diariamente pero no ves ningún compromiso de su parte y por lo tanto tu enojo crece más y más hasta que explotas.
Invítalo a tomar un café, háblale de cómo te sientes y trabajen una idea juntos de trabajo en equipo.
De nuevo te lo digo, soluciones basadas en reproches o reclamos no funcionan.. Lo importante es que no se conviertan en enemigos. Busca la manera de crear una alianza y al hablarle de tus sentimientos (sin victimizarte) pueden comprenderse y te aseguro que harán un buen equipo.
Cuando pelean por dinero y hasta se han planteado la posibilidad de una separación por no llegar a un acuerdo.
Es increíble, pero te cuento que un estudio hecho en México, dice que las discusiones más frecuentes en las parejas, son por dinero. Y todo esto tiene que ver con la educación, ya que, al venir de familias diferentes, queremos imponer , la forma aprendida de administrar el dinero.
No le” impongas “tú visión, sólo propón lo que crees que puede funcionar.
Crea junto con él, nuevas estrategias de administrar el dinero de acuerdo a lo que a ambos les ha traído buenos resultados. Puedes preguntarle: ¿A ti que te funcionaba antes de que estuviéramos juntos? Y cuéntale también lo que a ti te ha funcionado.
Peleas con él cuando no te responde los mensajes de whats app al instante.
Efectivamente parece algo muy simple y no tendría por que ser causal de discusión. El problema reside en la cantidad de cosas que podrías imaginar cuando comienzas a preguntarte: ¿Por qué no me responde? Ahí es donde alimentas la llama de cualquier discusión.
Si tienes una emergencia, mejor llama y así evitaras muchas discusiones.
Existen muchos motivos por los cuales podría no responderte y no necesariamente son en tu contra. Para evitar pensamientos como: “no me pone atención, no soy su prioridad, ¿que estará haciendo que es más importante que yo?”, ¡mejor llama!
Cuando sientes que prefiere a sus amigos antes que a ti.
Puedes sentir que cuando está con sus amigos, está de muy buen humor, que es más complaciente, que tiene buena actitud. Y que cuando está contigo casi siempre está de malas, es más impaciente y tiene una pésima actitud. Esto te pone fúrica.
No estés predispuesta a esta idea cuando estén juntos, quizá tu propicias esta actitud en él.
No quiero decir que todo sea tu responsabilidad, más bien se trata de no ser un detective buscando con una lupa las conductas que “sí “tiene con otros, y las conductas que “no” tiente contigo. Esto hace que te olvides de disfrutar tus momentos con él al estar peleando por su atención.
Porque es impuntual y por eso llegan tarde a todos lados.
La impuntualidad es una falta de respeto a tu tiempo y al tiempo de los demás. Sin embargo, es un hábito que no te pertenece a ti sino a él. Aprende a desprenderte de lo que no es tuyo. Si el decide ser impuntual, no te sumes a su mala costumbre y plantea un acuerdo al respecto.
No trates de educarlo en puntualidad, si él decide ser así respétalo porque la consecuencia es para él.
Puedes plantearle el acuerdo de: “Me gustaría llegar puntual, así que quizá me adelante a la reunión, si tu no estas listo aún, allá te espero". Así no caerían en una discusión y sería un buen ejercicio para ti , sobre todo podrías desprenderte de la necesidad de educarlo sin que él te lo haya pedido.