Aunque para muchas parejas resulta muy tentador probar algo distinto con tal de darle otro sabor a la relación, no está por demás conocer los riesgos de cada novedad que quieras poner en práctica, sobretodo en tu vida sexual. El sexting es una forma diferente de hacer más picantes los encuentros ya que cuando difundes contenido erótico puede resultarte muy excitante, pero ¿te has preguntado cuáles son los peligros a los que te expones? Más vale prevenir que lamentar, aunque mucho más vale actuar con responsabilidad. Mira esto que te comparto.
Más en MamásLatinas: El sexo extremo puede ser mortal por estos 8 motivos
Me parece que relacionar el sexting con una conducta de solo adolescentes es marcar un límite muy pequeñito de aquellos que lo practican. Los adultos también pueden deleitarse con esta práctica y lo malo es que también pueden ser víctimas de su lado oscuro.
Cuando de sexo se trata es posible que lo candente del momento desconecte tu razón y te gane la pasión y la emoción sin pensar antes de actuar. Toma en cuenta que al difundir material sexual puedes dejar a la deriva tu intimidad y, por lo tanto, estás permitiendo que cualquiera entre en las fronteras o límites de tu espacio privado. Prueba, pero siempre se cuidadosa.
Que alguien te pueda chantajear o extorsionar solicitándote dinero para no mostrar evidencias.
Aunque la persona con la que hayas intercambiado mensajes o fotografías sea de tu absoluta confianza, no estás exenta de que esa información llegue a manos de alguien más. Recuerda que siempre hay alguien que puede traspasar los filtros de seguridad.
Puedes estar expuesta a la humillación pública y al acoso.
Aunque no debería de ser así, vivimos en un mundo donde el señalamiento y los prejuicios están a la orden del día. Esto puede aumentar tu vulnerabilidad ante el acoso y por lo tanto puedes sufrir aislamiento y problemas sociales a causa de ello.
Pueden publicar o difundir en las redes tus fotos y hacerlo sin tu autorización.
Es sorprendente la facilidad con la que cualquier imagen puede hacerse viral. Si alguien quisiera vengarse de ti, no dudaría ni tantito en hacer clic y exponerte. Recuerda que la privacidad no tiene precio y cuando alguien malintencionado lo sabe puede hacerte una mala jugada.
Si tus imágenes son expuestas esto puede generarte un impacto emocional muy fuerte.
Depende mucho de tu temperamento, aunque lo que es una realidad es que ya sea enojo, frustración, tristeza e incluso vergüenza, pueden llegar al tope y por lo tanto hacerte pasar un muy mal rato y entonces llevarte a perder el equilibrio psicológico.
Tu información puede ser ocupada para ser explotada comercialmente en algún sitio web de tintes sexuales.
Es terrible pero la realidad en la que vivimos hace que tu vida privada ya no sea tan privada. Y si de material explicito sexualmente se trata, corres el gran riesgo de que algún sitio se apropie de esas fotos o videos y los venda hasta para promover la pornografía.
Puede afectar la pasión y el nivel de erotismo durante el encuentro real entre tú y tu pareja.
Debido a que es una práctica que probablemente uses por la necesidad de probar cosas diferentes es posible que el nivel de excitación cambie o disminuya cuando te encuentres cara a cara con tu pareja. Esto puede ser porque pierde el toque candente.
Si se difunde entre tus conocidos, al grado de ser viral, puede traer consecuencias a tu vida laboral.
Si alguien mal intencionado se dedica a difamarte puede llevarlo a las máximas consecuencias e inclusive invadir tu espacio de trabajo. Es por demás decirte que los efectos podrían ser desde los rumores hasta el acoso.
Puedes ser víctima de un depredador sexual que utilice tu información para saciar sus impulsos insanos.
Quizá nunca te enteres o quizá sí, o quizá hasta busque la forma de conocerte, eso no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que lo terrible de todo esto radica en que podrías ser inspiración de forma insana de los instintos sexuales de alguien que ni siquiera conoces.