¿Cuántas veces has intentado ser exitosa en una relación de pareja y no lo has logrado? Tranquila, quizás no estás destinada a vivir una relación tradicional. Nuevas prácticas como las relaciones abiertas y el poliamor, que no son lo mismo que la poligamia, son opciones para personas que no están satisfechas con los estándares de la sociedad.
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Los seres humanos son los únicos dentro del reino animal que practican la monogamia. Investigaciones confirman que la monogamia no es natural, sino que el homo sapiens (hombre/mujer) optó por la ruta de preservación de la salud del individuo y su descendencia. Todo esto ocurrió debido a la evolución social que la especie desarrolló.
¿Qué es una relación abierta? Es un acuerdo entre dos personas -lo que sería la pareja principal- donde ambas partes tienen la libertad de relacionarse sexualmente con terceros.
Dicen que para los gustos existen los colores; no hay nada más cierto que eso. Las relaciones abiertas deben ser aceptadas y respetadas como cualquier relación tradicional. Vivimos en una sociedad donde todavía existen individuos que no son capaces de aceptar que, la diversidad y la libertad de pensamiento, son elementos esenciales para la función y enriquecimiento de la colectividad. Conoce 8 razones para sostener una relación abierta.
Las relaciones abiertas te dan la libertad de crear tus propias reglas.
A diferencia de las relaciones tradicionales, las abiertas te dan la libertad de escribir tu propio libreto sobre cómo se debe actuar. Por ejemplo, puedes relacionarte con personas de tu mismo sexo o simplemente tener actos sexuales con más de una persona al momento. Algunos elementos básicos que se recomienda añadir a la lista son: comunicación, responsabilidad y confianza.
No hay oportunidades para la infidelidad porque las partes están claras que es una relación abierta.
Si salir de fiesta con tus amigas y conocer nuevas personas era una tentación para ser infiel, ya no tiene por qué ser un problema. Puedes ir tranquila y confiada. Naturalmente, la fidelidad sexual es algo inexistente, más bien es una conducta aprendida. Solo asegúrate de comunicarlo antes; recuerda que no es un problema, es parte del acuerdo establecido y siempre y cuando ambas partes estén claras, todo debe marchar bien.
Tienes la libertad para experimentar diferentes fantasías sexuales.
Quizás has tenido relaciones de largo tiempo que no han cumplido tus expectativas sexuales. Al vivir una relación abierta extiendes las posibilidades de cumplir la lista de tus fantasías eróticas.
No involucran sentimientos, lo cual hace todo más fácil.
A diferencia del poliamor, aquí los sentimientos no son invitados. Recuerda que existe una pareja principal la cual tiene prioridad y es quien goza de esos sentimientos. No hay razón para complicarse.
La adrenalina constante de explorar con alguien por primera vez.
Todas las relaciones en alguna etapa conocen a la odiosa rutina. Y es que se vive tan automatizado que se pierde la chispa. Sin embargo, cuando se escoge una relación abierta, las expectativas de estar sexualmente con alguien cambian constantemente.
Te liberas de tabúes que han perseguido a la mujer dictados por normas sociales anticuadas.
El tema de las relaciones sexuales siempre se ha visto como algo muy privado y ligado a la moral. Este asunto toca más de cerca a la mujer, debido a las presiones y el rol social que se establecen: sexo en el matrimonio. Claramente, los tiempos han cambiado y son menos los que piensan así. Al sostener una relación abierta, la perspectiva de la interacción sexual con otros cambia, abriéndole paso a la liberación de tabúes.
No te aburres en el sexo porque siempre hay alguien nuevo.
Despídete del aburrimiento y dale la bienvenida a la diversión. Puedes disfrutar de nueva creatividad y estimular la tuya, según vayas interactuando con las personas.
Lo mejor de todo es que le puedes decir adiós a los celos.
Este punto es fundamental, pues al estar consciente de que no existe exclusividad sexual, los celos no tienen terreno para florecer. En una relación abierta, al igual que en todas las relaciones, la comunicación es esencial para garantizar que ambas partes están claras sobre en qué consiste su acuerdo.
