Solo queda un mes para que Melania Trump sea, oficialmente, la primera dama de Estados Unidos. Pero la tercera esposa del presidente electo Donald Trump acumula una trayectoria de escándalos y datos sorprendentes, el último que no quiere mudarse a la Casa Blanca y prefiere quedarse en Nueva York. ¿Qué más podemos esperar de ella?
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Imágenes vía Splash News, Melania Trump/Twitter y Splash News.
Melania no quiere vivir en la Casa Blanca y quiere quedarse a vivir en Nueva York.
Si ya hay polémica porque Nueva York gasta 1 millón de dólares al día en la seguridad para Donald Trump (y con la Quinta Avenida cortada a la altura de la Trump Tower), la decisión de Melania de no mudarse con él a Washington en enero en pos de la educación de su pequeño Barron es la última de sus polémicas. ¿Seguirá entonces la torre con medidas de seguridad para ella?
Aunque asegura que quizá maneje el Twitter de su marido, de momento han cerrado su cuenta de Instagram.
Avisada quedas: muchas de las imágenes de esta galería fueron rescatadas a tiempo, pero Melania Trump ya no tiene cuenta oficial de Instagram… hasta que aparezca como primera dama oficial en enero, imaginamos. Todavía queda su Twitter, pero desde que fueron las elecciones se ha producido un silencio absoluto en ella.
Mucha gente critica su inteligencia, pero es la primera dama más políglota de la historia de Estados Unidos.
Quizá no esté tan preparada para la política como otras primeras damas, pero en los viajes oficiales puede ser muy útil para Donald Trump, pues habla seis idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, serbocroata y, por supuesto, esloveno. ¿Cuándo aprenderá español?
¿Un icono erótico en la Casa Blanca?
Nunca antes se había hecho tanta broma contra una primera dama entrante. Tampoco se disponía de tanto material previo o una vida tan ecléctica como la suya. Pero el arte callejero, desde luego, ya la tiene entre sus musas.
Parece que no es muy celosa, o al menos aquí se dejó adelantar por Heidi Klum.
Aunque Trump no es exactamente un sex symbol, está claro que la erótica del poder puede ser todavía un elixir más atractivo que su fortuna millonaria. Pero parece que Melania nunca se sintió amenazada por posibles competidoras, como puede verse en este momento en el que lo "compartió" con la supermodelo Heidi Klum. Incluso le copió el vestido para un debate presidencial.
Una primera dama que ya ha pisado la alfombra roja de los Óscar.
La Casa Blanca ya tuvo con Ronald Reagan un actor de Hollywood como presidente, pero nunca una primera dama que desfilara con tanta naturalidad por la alfombra roja de los Óscar. Fue en 2001, cuando todavía parecía una mujer trofeo más de Donald Trump y todavía se llamaba Melania Knavs. Recordemos cómo empezó todo.
Una infancia muy humilde en la Eslovenia comunista.
Nació el 26 de abril de 1970 con el nombre de Melania Knavs y en esta foto es la segunda empezando por la derecha abajo. Es decir: la del vestidito. La verdad es que era una monada. Sus hermanos se dedican a los automóviles y su madre a la costura.
Fue seleccionada en la calle por un fotógrafo de moda que reconoció su belleza al instante.
El fotógrafo esloveno Stane Jerko fue el primero que descubrió su potencial. ¿Qué te parece la modelo primeriza?
Aseguran que llegó a Estados Unidos como indocumentada pero ella siempre lo niega.
Primero llegó con un visado de negocios desde Eslovenia en 1996. Y luego hay versiones diferentes. La suya es esta: "Seguí la ley tal y como debía hacerse. Pedí una visa, seguí los carriles del sistema, como todo el mundo debería hacer", aseguró en una entrevista a MSNBC.
En 2001 consiguió el permiso de residencia y en 2006, tras casarse con Donald Trump, la ciudadanía estadounidense.
Conoció a Donald Trump en la Fashion Week de Nueva York en 1998.
Tras desfilar en Milán, también pasó por Nueva York. Por segunda vez en su vida, alguien la paró y…
No le quería dar el número de teléfono a Trump... y acabaron casándose, con Hillary Clinton como invitada.
La boda tuvo lugar en la Iglesia Episcopal de Bethesda by the Sea, en Florida. De la vida comunista atea a la boda religiosa, Melania no tuvo problemas en seguir los credos de su marido. ¿Quién estuvo en la boda? Pues sí: Hillary Clinton.
Su carrera como modelo implica fotos de lo más provocativas... y esta no es la más atrevida.
Esta es una de las fotos que hizo para una picante sesión en GQ en Reino Unido, pero precisamente allí, en el tabloide The Sun, están sacando ahora todo su pasado incluso en fotos lésbicas.
Su bebida favorita es la Diet Coke, ¿a que no te lo esperabas?
A pesar de que uno de los negocios más fallidos de su marido fue el vodka "T", ella es más sobria y prefiera la coca cola light o diet coke y, si puede ser, en botella de cristal, tal como aseguró al New York Magazine.
Ha sido portada de revistas como Vogue, Vanity Fair o Haper's Bazaar.
Su belleza y su matrimonio con Trump le aseguraron ser una estrella mediática capaz de generar dinero por sí misma y asegurar a Trump, previo contrato prematrimonial, que no le causaría la bancarrota que le provocó su primera mujer, Ivana, también modelo, aunque de origen checo.
Tiene un gran séquito, pero no tiene niñeras.
La primera dama de los Estados Unidos confesó a Harper's Bazaar que no tiene niñera. Sí tiene chef y chófer… pero ella se encarga de cuidar a su único hijo con el ahora presidente electo, Barron William.
Asegura que es más política en casa que en la vida pública. ¿Hasta ahora?
En una entrevista con el US Weekly, asegura que en su vida privada siempre había sido mucho más política que en la vida pública. No se le suele dejar a las modelos opinar sobre esos temas, pero ahora seguro que la cosa cambia y en sus discursos veremos el otro lado de Melania.
No siempre está de acuerdo con lo que dice su marido.
Aunque asegure que será el mejor presidente de la historia de Estados Unidos, Melania Trump no siempre está de acuerdo con su marido y así se lo deja saber. "A veces me escucha, y a veces no", confesó al US Magazine.
Fue acusada de plagio en uno de sus discursos y se hizo el escándalo.
Fue su gran escándalo electoral: dijo un discurso con fragmentos idénticos a los de Michelle Obama, la primera dama saliente y, además, del partido rival del de su marido. No obstante, siempre se declaró admiradora del trabajo de su predecesora. Un poco confuso, ¿no crees?
Está en contra del botox, aunque ha sido criticada de haberse hecho más de un retoque.
Lo creas o no, cuando le preguntaron en GQ por su secreto de belleza aseguró: "Yo no me he retocado nada. Estoy en contra del bótox, de las inyecciones. Es estropear tu cara, estropear tus nervios. Todo lo que ves es mío. Envejeceré bien, como mi madre". ¿Será todo genética?
Su modelo a seguir en su nuevo cargo es Jackie Kennedy.
En esta foto en su Instagram aseguraría que estaba pensando "devolver a la vida a Jackie". Si John Fitzgerarld Kennedy levantara la cabeza…
Donald Trump tuvo que interceder para que su primera mujer, Ivana Trump, no cargara contra ella.
La responsable de la primera ruina de Donald Trump (por su jugoso divorcio) estuvo cargando contra Melania y sus capacidades como primera dama sin piedad, hasta le punto que el presidente electo tuvo que intervenir. ¿Envidia?
