Claro que estoy a favor de la honestidad en todos los sentidos pero nunca a favor de los "sincericidios". Si no te han descubierto o no hay sospecha, te sugiero que antes de confesar una infidelidad, te hagas esta pregunta: ¿Para qué quiero contarlo? Y si no encuentras ninguna razón u objetivo a favor de la relación, te sugiero que guardes silencio. Acá te cuento por qué.
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Corres el riesgo de una separación quizá no necesaria.
Por su puesto, y aunque creo que esto lo sabías desde el principio y ahora te corroe el remordimiento, te aseguro que no lo aliviarás con solo confesarlo. Hablar de ello sin un motivo importante puede crear rencor y por lo tanto una separación quizá innecesaria.
Saber que pudiste enamorarte de otro puede detonar su ego masculino y estacionarse en los reproches.
Casi siempre, la infidelidad femenina tiene una causa más emocional a diferencia de la infidelidad masculina que es una cuestión más instintiva y menos sentimental. Para él significa un ego herido.
La desconfianza puede hacer que te sientas perseguida y hasta cierto punto vigilada en todo momento.
Esto es algo que le daría un giro muy negativo a la relación. Puedes sentirte cuestionada todo el tiempo y sin libertad de movimiento –aunque hayas aprendido la lección–. Sentirte así deterioraría terriblemente la comunicación.
Él estará resintiendo la situación y reviviéndola en su imaginación.
Quizá sea muy distante contigo o te invada con preguntas necesitando detalles de lo ocurrido como consecuencia de su orgullo herido.
Puede que busque la revancha y esto lo lleve a relacionarse con alguien más como una forma de calmar su enojo o ansiedad.
El ego juega un papel importante y es una forma en la que muchos buscan levantar de nuevo su autoestima ante lo ocurrido y eso sería una tortura para ti.
Es posible que comiences autocastigarte, a sabotear tu felicidad por sentirte poco merecedora de ello.
Por supuesto que hay remordimiento y sentimientos de culpa, sin embargo confesarlo duplicaría el efecto y te llevaría a buscar el castigo por lo cometido: el inconsciente funciona así.
Podrías terminar en una situación donde estás presa de sus celos.
Por supuesto que la desconfianza tiene esta severa consecuencia y entonces relacionarte con amigos ya no será lo mismo de antes ya que quizá verte cerca de alguien más, puede detonar sus celos y por lo tanto los reclamos al respecto.
Confesarlo puede provocar un doble dolor que quizá sea innecesario.
Debes descubrir qué fue lo que te orilló a hacerlo para que lo resuelvas contigo misma y después actúes fomentando lo que sabes que falta en la relación. Si tú te haces cargo de rescatar lo que se perdió, puedes reparar la relación.