Hay mil formas de hacer un berrinche, y por supuesto que nuestros dotes de histriónicas –por no decir "histéricas"– facilitan el camino para que esto suceda muy seguido. Tenemos la habilidad de sacar de sus casillas a los hombres con el simple hecho de llorar o de hacer lo que te mencionaré a continuación que, según ellos, son los más intolerables.
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Cuando haces un escándalo por todo
Ellos no entienden por qué tendemos a molestarnos con tanta facilidad. Cuando ven que nuestras narices se ensanchan, pero sobre todo cuando sienten que levantamos el tono de voz, en automático cierran sus oídos. Aunque a todo te diga que sí, la verdad es que no te está escuchando.
Cuando te bajas del carro después de una discusión
Las mujeres podemos ser impulsivas cuando el enojo nos invade, y una manera inadecuada de hacer tiempo fuera es cuando le pides que se orille para bajar del auto y dar un azote a la puerta. Aunque quizá vaya corriendo tras de ti –y sabes que pasará–, esa no es forma de solucionar la situación.
Cuando le reclamas que nunca escucha
Esta es la queja número uno de nosotras las mujeres. El hombre se siente muy confundido porque cree que te escucha todo el tiempo, y se desespera al no saber qué esperas de él con exactitud. Y, honestamente, a veces ni tú misma lo sabes. Sé clara, y convérsalo.
Cuando eres paranoica por todo
A veces puedes estar demasiado alerta a lo que rodea su vida, sobre todo cuando de mujeres se trata. Hacerle comentarios, ya sean directos o indirectos, puede generar irritabilidad porque siente que no estas respetando los límites y fronteras de su vida.
Cuando le das sermones de mamá
Dejas de ser su pareja para convertirte en la madre que le dice todo el tiempo lo que debe de hacer y cómo debe hacerlo. Es algo que odia porque deja de verte atractiva y comienza a verte como una bruja controladora. No lo hagas, cuida tu tono y forma, pues la relación necesita ser adulta.
Cuando esculcas sus cosas
En una ocasión, un paciente me dijo: "Cree que porque está como Hulk, tiene entonces el derecho de revisar mis cosas". Eso es una falta de respeto al espacio de tu pareja. Si no confías, mejor espera hasta calmarte para poder llegar a buenos acuerdos.
Que te quejes de algo del pasado
Si están discutiendo por algo en particular, de repente te sientes con ganas de echarle en cara todas las situaciones que te han molestado desde tiempo atrás, y eso le impide concentrarse solucionar la más reciente e importante. No lo hagas, mejor resuelve una a la vez.
No aceptar tus errores y culparlo
Es importante que en una discusión sepas aceptar que te equivocaste. No pasa nada si lo haces. De hecho, esto podría traer una reconciliación apasionada y ganar muchas cosas con ello.
Que te enojes con él porque no profesa lo que dices
Recuerdo una pareja que estaba a punto del divorcio porque ella se había vuelto vegetariana y él adoraba la carne. Sus discusiones llegaron a tal grado que él tuvo que salirse de la casa. Hay que respetar las decisiones de la pareja, aunque sus ideas no comulguen con las tuyas.
Que todo el tiempo le reclames su mamitis
Quizá tenga mamitis, y eso es horrible, pero al menos es un problema común en la cultura latina. Sin embargo, reprocharle todo el tiempo sobre el apego excesivo a su familia, no será la solución para que deje de hacerlo. Mejor hablen o acudan a una consejería que te pueda ayudar.