"Si tan solo midiera un par de pulgadas más", eso es lo que siempre me digo mentalmente cada vez que encuentro un vestido maxi espectacular en una tienda, pero que me queda largo como de costumbre. Y es que si eres bajita como yo, seguro que has pasado por estos dolores de cabeza a la hora de vestirte.
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Imagen vía Corbis
Los guantes
Bueno, en realidad no es que siempre andemos con guantes, lo que sucede es que las mangas largas generalmente nos cubren toda la mano.
Todas sabemos coser
Porque a los pantalones siempre tenemos que hacerles dobladillo.
Las caídas
Si, desafortunadamente las faldas se nos enredan en los zapatos, y para las más desafortunadas, en el piso.
No tan sexy
Los crop tops nos quedan como blusas normales, así que la única forma que tenemos de mostrar las abdominales sería saliendo a la calle en sostén, o en bikini en la playa.
¿Cuáles capri?
Me perdonarán la ignorancia, pero lo que para las chicas altas y estilizadas son pantalones arriba del tobillo, para mí son simplemente pantalones con largo normal.
Un problema de ubicación
Si alguna vez lo que debe ser la cintura del vestido te ha quedado un poco más abajo, es decir…ya sabes dónde, no te preocupes, porque ya somos varias.
Tenemos que pensar mucho más
Porque la persona que me diga que las tallas petite no son confusas está mintiendo.
La última alternativa
Nuestro consuelo es saber que siempre existe la sección para niños. Cuando la gente me mira raro al medirme la ropa yo les digo que estoy comprando un atuendo para una sobrina que es de mi estatura…
Como personaje de Disney
Me fascinan los jumpsuits, me parecen súper sexy…pero en otras mujeres, porque a mí me quedan como a Aladino, me sobra tela por todas partes.
Un look extraño
Los leggings, una de las prendas más cómodas jamás creadas por los diseñadores, nos quedan perfectos, a excepción de los tobillos, en donde siempre se nos acumula la tela que sobra.
Sin tacones…¡nunca!
Eres la única del grupo de tus amigas que no puede llevar zapato plano, y por ende, siempre terminamos con callos y dolores. Pero eso sí, no importa cuántas veces mi esposo se burle de mí, seguiré yendo al parque a pasear los niños en zapatos de plataforma.