Jugar, odiarse, reconciliarse, pelear, en fin, todo esto sucede entre hermanos en un solo día. Sin embargo, aún siento ese gran abrazo de corazón que nos dábamos cuando era niña, y disfruto el recuerdo de las sonrisas ingenuas y bromas de inocencia. Estoy segura que tú también tienes memorias especiales con tu hermano(a). ¡Revívelas aquí!
Lee más en ¿Qué más?: Termina con las peleas entre tus hijos con estos 10 consejos
Imagen vía Corbis
Cuando te hacía correr
Seguro vino a tu mente aquel momento en donde te sentías perseguida por un gran monstruo que quería llenarte de cosquillas, y recuerdas esa adrenalina de la huida.
Cuando fue tu cómplice
Quizá estés sonriendo porque tu memoria te llevó al momento en donde planificaron sigilosamente una travesura llena de emoción, color y misterio.
Cuando se escondía para asustarte
Quién no se llevó tremendo susto cuando al subir las escaleras o caminar por el pasillo oscuro, salía una sombra que decía: "¡Buuu!". Es probable que pegaste un grito de miedo y carcajadas para luego perseguirlo(a) buscando la revancha.
Cuando lo(a) regañaron por tu culpa
En mi caso fue terrible, y hasta cargué con sentimiento de culpa por mucho tiempo, debido al castigo que le pusieron a mi hermana por no atreverme a confesar de haber rayado la pared con crayones.
Cuando se defendían de otros
Aunque en casa peleaban, discutían y casi se odiaban, fuera del hogar predominaba ese sello de lealtad, donde salía la fiera que defendía o te defendía de cualquier niño(a) que te molestara.
Cuando se quedaron en pijama todo un día
Aquel momento de flojera total donde desayunaron, regresaron a la cama a ver películas o televisión, comieron, volvieron a la cama de nuevo con un gran helado, cenaron y terminaron otra vez en la cama para seguir durmiendo.
Cuando te corría de su habitación
Ese momento en que invadías su espacio o sentías que invadían el tuyo, y lo corrías o te corría a gritos con un almohadazo.
Cuando tomaba tus cosas sin pedirlas
Cuando tenía la particularidad de tomar tus cosas sin consultarte, o quizá eras tú quien lo hacía. Cómo olvidar esas discusiones y peleas por encontrar las cosas fuera de su sitio.
Cuando te dio un consejo
Esa ocasión en que te vio llorar, enamorada o preocupada, y se acercó a ti para darte un consejo sobre las cosas de la vida. Sí, esas horas de conversación sobre cómo arreglar el mundo sin arreglar nada.
Cuando te dijo que ibas a ser tía
Qué emoción tan grande al saber que un nuevo miembro de la familia iba a llenarte de felicidad. ¿Recuerdas ese entusiasmo de compartir con él o ella la alegría de ser papá o mamá?