No hay nada más fascinante que estar enamorada, ¿no crees? Suspiros, latidos acelerados, vives en la nube del corazón y quieres estar todo el tiempo con esa persona que crees perfecta, especial y única. Sin embargo cuando esta ilusión es como una droga que te impide ver el lado oscuro de la relación, pones en riesgo tu autoestima y tu autoconfianza. Checa esto…
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Imagen vía Corbis
Cuando estás perdiendo tu identidad
Este es el primer indicativo en terapia. La relación se vuelve tóxica cuando se intenta complacer en todo a la pareja, a tal grado que dejas de ser tú para someterte a la voluntad del otro en nombre del amor.
Cuando te controla hasta en el vestir
Claudia –una consultante– me decía: "Casi siempre me pide que no me maquille y que me cambie el atuendo, lo hace para que no corra peligro en las calles. ¿No es maravilloso cómo se preocupa por mí?". Esto no es amor, ¡es control!
Cuando te excluye poco a poco de tu mundo
Patricia me decía: "Quiere estar todo el tiempo conmigo, prefiere que convivamos solos, no se siente cómodo ni con mi familia ni con mis amigos, y pues yo no pierdo nada; accedo porque lo amo". ¡No te alejes de lo que te gusta hacer en tu vida!
Cuando te utiliza económicamente
Desgraciadamente, hay muchos casos de hombres que enamoran a las mujeres para obtener beneficios económicos. El amor puede llevar a hacer cosas, como pedir un préstamo a tu nombre, trabajar turnos extras o ser el único sustento de apoyo en casa.
Harías lo que fuera por él
Si el amor te impide notar la diferencia entre acciones constructivas y acciones destructivas, estás poniendo en riesgo tu integridad en todos los sentidos. He conocido casos de chicas que terminan en problemas legales a causa del amor.
No hace pública la relación
No creas ciegamente en sus argumentos para mantener una relación escondida, en la que no te da el lugar que mereces, te ignora y no te pone atención por temor a ser descubierto contigo. ¡Eso no es amor!
Cuando le imploras amor
Si consideras que esta imploración es luchar por el amor, te estás confundiendo. Obligarlo a quererte no te va a dar la felicidad que esperas. El amor es de dos, y si uno no está en el juego, debes aceptarlo.
Cuando te falta el respeto
Si es continuamente impaciente y grosero, y peor aún, tú lo justificas, estás evitando ver la realidad con tal de no perder su compañía. Y hasta te acostumbras a ello tal vez diciendo: "Es que así es él y lo tengo que aceptar". Por Dios, ¡no te confundas!
Cuando te da la espalda cuando más lo necesitas
Si lo justificas argumentando: "Es que tiene mucho trabajo", "Tiene que resolver sus asuntos" o "No me puede ayudar porque está lejos", invariablemente, te estás poniendo una venda en los ojos.