Frecuentemente escucho que el verdadero reto que tienen las parejas es la convivencia juntos, y estoy de acuerdo, sobre todo en lo que tiene que ver con compartir la misma cama. Sigue leyendo y dime si te han tocado algunos de estos problemas al dormir con tu pareja.
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Imagen vía Corbis
La guerra por la cobija
Yo vivo con frío, así que defiendo mi parte de la cobija como si fuera leona en celo, y no tengo reparos a la hora de despertar a mi esposo de una sacudida cada vez que me la quita.
Esos molestos ronquidos
De verdad que no sé cómo algunas de mis conocidas aguantan ese ruido constante que hacen sus maridos. Mi esposo afortunadamente solo ronca fuerte cuando ha tomado alcohol, pero esas noches me cuesta trabajo conciliar el sueño. Afortunadamente, si te tocó un marido roncador, hay soluciones para tratar ese inconveniente.
La temperatura…
Estoy segura de que no soy la única que ha tenido una pelea porque el cuarto se encuentra muy frío. Mi esposo, por el contrario, vive quejándose por el calor.
Ese colchón…
¿Y cómo conciliar a la gente a la que le gusta de dormir sobre un colchón casi tan duro como una piedra, con la que prefiere un colchón casi tan blando como una nube?
Conflicto de horarios
Si vieras las rabietas que me dan cuando mi marido me despierta por accidente a las 5 de la mañana para ir al gimnasio. Yo por mi parte lo pongo de mal genio cuando hago ruido antes de acostarme…alrededor de la medianoche. Esta es una de esas cosas que parecen pequeñas pero que pueden dañar una relación, y deben tratarse de alguna forma.
Demasiada luz…
No creo que muchas personas tengan problema con la oscuridad a la hora de dormir, pero ¿qué tal si en vez de un vampiro te toca uno que no puede dormir con las cortinas cerradas?
La flatulencia…
Es un tema embarazoso, pero hay que ser honestas, a todos se nos escapan gases indeseados cuando estamos durmiendo, y si nos hemos comido unos frijoles ni hablar…
¡No hay espacio!
Tengo la suerte de ser pequeñita y no necesito mucho espacio. Mi marido por el contrario mide 6’3”, así que no falta el día en que sus piernas y brazos me dejan casi al borde del abismo, o en el peor de los casos, sin aire para respirar cuando me abraza en medio del sueño.
El televisor
Sí, yo soy de las que no puede quedarse dormida sin estar viendo a Jimmy Fallon, y me siento terrible cuando un ruido o la luz despierta a mi esposo.
El baño
Claro que no falta el individuo al que le da por tomarse galones de líquidos antes de ir a la cama, es decir, toda la cerveza de la nevera, y no hay cosa más molesta que un tipo levantándose cada hora a soltar el agua del inodoro.