Los padres de una niña de 2 años, quien murió de cáncer en enero de este año, decidieron someter su cuerpecito a un novedoso proceso de preservación criogénica (congelación) a la espera de que la ciencia médica descubra la cura y la criatura pueda ser revivida en el futuro.
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Lo que te voy a contar parece a simple vista una historia de ciencia ficción. Pero me fascinó porque en el fondo es una historia de amor: del amor infinito de unos padres por su hijita y de la fe del ser humano en su propio poder creador a través de la ciencia y la tecnología.Y aunque pudiera parecer una historia triste, para mí es una historia de optimismo.
Ocurrió en Tailandia. Los padres de la bebita son dos ingenieros médicos, los esposos Sahatorn y Nareerat Naovaratpong. Al saber que su hija Einz había desarrollado un raro cáncer cerebral, evaluaron la posibilidad de preservar a la criaturita criogénicamente.
Así, con el apoyo de Alcor, una organización con base en Arizona, procedieron a congelar, o crio-preservar, el cuerpecito de la pequeña Einz, una vez que fuera declarada muerta en enero pasado.
Para llevar a cabo la crio protección o preservación, se sacan los fluidos corporales y se sustituyen por una sustancia que al tiempo que mantiene el cuerpo a temperaturas extremadamente bajas, impide que los tejidos se congelen y se dañen.
El cuerpo de Einz fue traslado a Arizona y allí se le extrajo el cerebro que ahora es preservado a una temperatura de -321°F. Los papás de Einz confían en que la ciencia siga avanzando y que su niña pueda ser revivida y curada algún día.
Imagen vía Corbis