Olvídate de tratar de parecerte a Kim Kardashian, o a la celebridad de moda, ya que de acuerdo a una reciente encuesta, lo que atrae a los hombres hacia una mujer no son necesariamente sus atributos físicos, sino estas cualidades de su personalidad que posiblemente nunca imaginaste. Acá te las comparto.
Lee más en ¿Qué Más?: 12 Rituales para atraer el amor de tu pareja y mantenerlo
Imagen vía Corbis
Confianza
Ya deja de decirle a tu pareja que no te sientes cómoda con esas libritas de más, lo importante para ellos es que demuestres que te quieres a ti misma, y que ¡no te cubras!
Entusiasmo
Sí, bastante sencillo, y parece ser la actitud que más aprecian los hombres. Simplemente manifiesta de alguna forma que tú también te sientes atraída hacia ellos.
Cariño
¿Puedes creerlo? En realidad hay hombres que te quieren de verdad, y que les encanta que lo abraces antes de dormir, o que simplemente le acaricies el pelo … Ahora sí me arrepiento de todas las veces que he hablando mal del género masculino.
Sentido del humor
No nos vayamos a confundir: NUNCA te burles de las partes íntimas de tu pareja (a menos que te quieras dedicar a la castidad), pero un chiste de vez en cuando, o tener esa complicidad con tu hombre te hacen irresistible.
Una mente abierta
Esto no es una sorpresa, pero por alguna razón las mujeres necesitamos que nos recuerden constantemente que de vez en cuando se deben tratar cosas nuevas, ya sea un restaurante de comida que nunca has probado, o cositas más físicas.
Manos hábiles
No vayas a pensar mal, estoy hablando de masajes, por lo visto los ayuda a relajarse.
Hablar
Esta sí que me tomó por sorpresa, porque si hay algo que mi marido me agradecería enormemente es que me callara de vez en cuando, pero al parecer, en la intimidad, los hombres aprecian a una mujer que exprese lo que le gusta, y sí, que también les pueda susurrar algo atrevido al oído.
Contacto visual
Está tan claro como el agua, ¡míralo a los ojos!
Trabajo en equipo
No te estoy dando un discurso político, simplemente es una forma de recordarte que no siempre esperas que él haga todo el trabajo, ya sea en casa o en la cama.
No caer en la rutina
