Siempre es buen momento para encender la llama de la pasión con confesiones y alguna fantasía que quieras decirle a tu pareja. ¿Temes a las confesiones? Tranquila porque no todas son peligrosas, y aunque no lo creas algunas de ellas pueden fortalecer tu relación. ¡Adelánte, inténtalas!
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Imagen vía Corbis
Lo que pensaste de él
Con el recuerdo de las primeras impresiones, evocas los comienzos de la relación y juntos recuerdan como se fue tejiendo la historia hasta llegar al lugar en el que están ahora. Recuerden esos momentos y redireccionen cualquier situación actual de tensión.
Cuando pedías referencias de él
Platícale de tus confidentes secretos y de la inocente investigación que hiciste a su persona, dale un toque cómico a la conversación. Cuéntale tus estrategias para recopilar información y de la forma en como lo hacías. Esto reitera el interés que siempre tuviste por saber más de él y los hará reír un poco.
Cuando morías por darle un beso
Recuerdale ese momento en el que la atracción era innegable y dile como latía aceleradamente tu corazón cuando se acercaba. Cuéntale lo que hacías para apoximarte más a él y propiciar el contacto. Dale ese beso que en ese momento no te atreviste a darle.
Lo que tuviste que aprender y hacer para sorprenderlo
Cuéntale los esfuerzos que realizaste para atraer su atención y hacerlo feliz. Quizá las clases de cocina que tomaste para prepararle un postre o cuando atravesaste la ciudad para conseguir el regalo que parecía imposible conseguir. Redescubrirá a la mujer que ha sido capaz de hacer tantas cosas por él.
Las veces que le enviabas un texto y lo borrabas
Cuéntale de las veces que esperabas su llamada y al no saber nada de él decidías escribirle un mensaje lindo que por supuesto nunca llegó porque te arrepentías justo en el momento de dar a enviar. Realmente no querías que notara tu urgencia por tener noticias de él.
Confiesa los cambios que tuviste en tu look
Cuéntale que tu interés por él te llevó a probar nuevos estilos con tal de que te viera linda y te lo dijera todos los días. Confiésale que esa dieta fue en honor a él y que regresar al gimnasio fue una proeza que valía la pena para tí.
La primera vez que protagonizó tu sueño íntimo
Puedes platicarle tu sueño y después hacerlo realidad. ¡Uno nunca sabe lo que puede pasar!