Me ha encantado esta historia, porque una mujer en trabajo de parto puede ponerle los nervios de punta a cualquiera. Pero el pequeño Rubén, de tan solo 6 años, se lo tomó como si fuera algo muy natural, nada de qué alarmarse. Se suponía que Michelle Madden, de 30 tendría a su segundo hijo en el hospital, pero resulta que el pequeño Theo, decidió conocer este mundo más temprano de lo previsto. Yo en lo personal nunca he visto a una mujer en el momento de dar a luz, y creo que tampoco quiero verla. No me gusta ver sangre. Así que para mí este niño es todo un campeón. Pero sigue leyendo te contaré más.
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Cuenta Michelle Madden que ella y su esposo Ben, habían imaginado que llegado el momento, ella se iría al hospital, y el pequeño Rubén se quedaría en casa esperando la llegada de su hermanito. Pero la fecha se precipitó 4 días antes, y tomó a todos por sorpresa, según publicó el diario británico Daily Mail. A mí me maravilla la actitud de este niño, porque de verdad, actuó con mucha madurez.
Cuando Michelle rompió fuente, el niño le daba instrucciones de respiración: "¡Respira profundo! Respira otra vez!", entre tanto el esposo ya había llamado a los paramédicos. Así que Ben tuvo que asistir a Michelle en el laborioso parto. Hasta que recibió al hermoso bebé que pesó 6 libras 15 onzas, ¡todo un bebesote! El pequeño Rubén fue el asistente de su papá, corrió en busca de toallas y le daba palabras de aliento a su madre. Cuando los paramédicos llegaron solo tuvieron que ayudar en la parte final.
Varios días después, Michelle, sentada junto a su esposo, Ben, y rodeada por sus dos hijos, comentó que ahora están felices en casa. Por su parte Rubén, dice cosas graciosas de su hermano como ésta: "Míralo, ni siquiera quiere jugar con sus juguetes". Uno de los paramédicos elogió a Rubén y dijo que: "hizo un gran trabajo".
De esta historia quiero rescatar una cosa. La actitud madura y asertiva de este niño no es algo fortuito. Sus padres, según dijeron, lo estuvieron preparando por varios meses sobre el embarazo y sobre cómo nacen los niños. Incluso le asomaron la posibilidad de que el parto podría ocurrir en casa. Y le enseñaron qué hacer para ayudar. Los niños son una esponja. Ellos son lo que nosotros hacemos de ellos. Esta historia es de gran inspiración para todos. Y me deja pintada una gran sonrisa. ¡Bravo Rubén, vas a ser un gran hombre!
Imágenes vía Thinkstock, Daily Mail