Te confieso que nunca he creído en apariciones, espíritus ni cualquier tipo de presencias extrasensoriales hasta que leí la historia de Anastassia Perets. La joven se sentía un poco nostálgica una tarde cuando decidió hojear un álbum de fotos de su infancia. Mientras estaba mirando una de sus fotos favoritas de repente notó algo muy extraño en el fondo. Te vas a quedar con la boca abierta cuando veas la foto porque ahí se ve clarito el fantasma que ha estado persiguiendo a la joven toda su vida.
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¡Tengo los vellos de gallina! Anastassia cuenta que al ver la sombra, tomó una lupa para ver la foto detalladamente y vio que no estaba sola en el cuarto. Atrás de ella se veía clarito una niña rubia, mirándola y con un peluche en los brazos. Anastassia no tenía ni idea de quién se trataba y llamó a su mama a preguntarle. La mamá de la joven no sabía de quién le estaba hablando su hija y le aseguró que ellos no conocían a ninguna niña con esa descripción. ¿Te imaginas? Anastassia había crecido con un fantasma y nadie de su familia lo sabía.
Anastassia dijo que toda su vida había sentido que alguien la acompañaba y que era un sentimiento que no podía explicar. Tratando de buscar respuestas después de haber descubierto la prueba del fantasma, Anastassia hizo una cita con una vidente. Con foto en mano y todo, la vidente le confirmó a la joven lo que ella ya sospechaba.
Efectivamente se trataba de un fantasma que prácticamente se ha criado con Anastassia ya que la vidente sintió su presencia. La verdad es que a mí me hubiera dado un infarto en ese lugar.
Creo en la historia de Anastassia porque la evidencia en la foto es innegable. En este mundo hay tantos niños que viven y sufren cosas que ningún niño debería experimentar y aunque se mueren sus espíritus continúan buscando la compañía y el amor que nunca tuvieron en vida. Afortunadamente el fantasma que ha acompañado a la joven es de buena voluntad porque ella no experimentó nada malo durante su niñez.
Imágenes vía iStock, Redbook magazine
