Respeto la opinión de los médicos porque estudiaron arduamente su especialización y son expertos en el tema. Pero a veces los instintos de los pacientes, las ganas de vivir y la energía positiva son suficientes para anular cualquier concepto profesional. Cuando Carmelle Hartgrove descubrió que estaba esperando gemelos, ella y su esposo estaban felices, pero desafortunadamente la felicidad fue corta. A las 10 semanas de gestación una ecografía reveló que los fetos eran mono-amnióticos y mono-coriales es decir, compartían la misma bolsa de fluído amniótico y placenta. Aunque los médicos recomendaron abortar uno para salvar al otro, Carmelle los ignoró y dio a luz a dos hermosas recién nacidas.
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El problema con esas condiciones muy raras es que los cordones umbilicales de los bebés se enredan haciendo prácticamente imposible que los dos reciban los nutrientes y el oxígeno requeridos. Como madre, me parece que la decisión de abortar uno es imposible de tomar porque siempre habrá remordimiento. A la medida que ves crecer a una te imaginas cómo hubiera sido la otra. ¡Horrible! La valentía de Carmelle es admirable. Ella tomó la decisión correcta, decidió perder o salvar a las dos.
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— Carmelle Hartgrove (@Mel_Hartgrove) September 14, 2013
Y salvó a sus dos princesas. A las 32 semanas, Carmelle fue al hospital con su esposo, me imagino que muy nerviosa porque se iba a poner a prueba la decisión más importante de su vida. Afortunadamente todo salió bien y las recién nacidas Charis y Connie nacieron sanas y bellas. Carmelle cuenta que cuando su esposo cortó el segundo cordón umbilical se desmayó y cuando ella despertó en el cuarto de recuperación, él estaba en una camilla al lado de ella. Pobre hombre, ni me imagino cómo hubiera reaccionado mi esposo en una situación similar.
Ahora las bebés tienen 20 meses y las son inseparables. La pareja también tiene una niña de 12 años y un varón de 9 y los dos están felices con sus hermanitas. El nacimiento de las gemelas fue un milagro porque las dos desafiaron la ciencia y todos los pronósticos que tenían en su contra. Me llena de felicidad saber que el amor de madre es más fuerte que la medicina porque nadie se merece tomar una decisión tan descorazonada como esa.
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