Mamá, ¿has oído hablar de la epidermólisis bulosa distrófica recesiva? Espero que no porque esa es una enfermedad horrible. Es una condición de la piel incurable y muy rara y hace que la piel del enfermo se vuelva llagas sangrantes al entrar en contacto. Kiira Kinkle de tan sólo 2 meses nació con la horrible enfermedad y sus padres están desesperados. Kristy y Jason tienen todas sus esperanzas puestas en el equipo médico de la Universidad de Stanford para que encuentren una cura pronto.
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La bebita tienes las manitas y los pies envueltos en vendas ya que el más diminuto roce hace que le salga las ampollas. ¡Pobre bebé! Para los recién nacidos no hay nada más reconfortante y estimulante que el contacto de piel a piel con la madre. Para la pequeña Kiira eso es imposible, porque si su mamá le toca la piel, literalmente se le caerá del cuerpo. ¡Qué pesadilla!
Kristi tuvo un embarazo normal y ella no tenía ni idea que su bebé iba a nacer con ese trastorno tan devastador. Su corazón se le rompe cada vez que su bebé llora porque sabe que no puede apapacharla. Kristi y su esposo no pueden cargar la bebé al menos de que usen una manta especial. La pareja tiene otras dos niñas que no pueden entender por qué ellas no pueden tocar a su hermanita.
Desafortunadamente, no existe cura para esta enfermedad, porque los médicos no saben mucho al respecto. La pareja necesita asistencia médica en casa y hasta el momento se han gastado más de $2,.000 en gastos de su propio bolsillo. Crearon una página web para su bebé y le están pidiendo ayuda a la gente de buen corazón. La bebé Kiira va a necesitar asistencia médica toda su vida y por desgracia va a sentir mucho dolor tanto físico como emocional porque no puede ser tocada. Mamá, abraza a tus hijos esta noche y siéntente bendecida ya que tienes esa oportunidad porque otras madres no son tan afortunadas.
Imágenes vía Danny Cain /Flickr, Kiira Kinkle