Miss Venezuela podría ser muy morena, calva y sin un dedo

La han llamado La pantera y La perla negra de la belleza venezolana, pero esos apodos no llegan a captar la majestuosidad de Jennifer Saa, la afrodescendiente que podría alzarse con la corona del Miss Venezuela, a pesar de ser morena, rapada y no tener un dedo.

Lo mejor de todo, es que Jennifer Saa es un verdadero desafío a los cánones de belleza que ha creado el llamado Zar de la belleza, Osmel Sousa, el presidente de la Organización Miss Venezuela y juez de NBL (Nuestra Belleza Latina), para el país suramericano. Cualquiera que le interese un poquito estos certámenes debe haber oído el concepto de que Sousa tiene una fábrica de misses, a las que agarra y modela como plastilina. Esta hermosa morena le ha roto todos los esquemas. Pero dicen que lo tiene enamorado. Mira porqué te lo digo.

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Jennifer Saa no tiene más que hermosas palabras para Osmel Sousa, a quienes otras candidatas, tanto en el Miss Venezuela como en NBL (Nuestra Belleza Latina), han llamado de ogro para abajo. Esto fue lo que le escribió en su cuenta de Instagram para su cumpleaños.

"Él, nació con un don maravilloso. Con su talento, carisma y profesionalismo ha alcanzado los más grandes reconocimientos dentro del mundo de la belleza. Durante esta edición del certamen he tenido la oportunidad de conocerlo un poquito más, admirando su trabajo artístico y absorbiendo cada consejo".

Solamente con esas palabras me puedo dar cuenta de que Jennifer Saa es tan inteligente como hermosa. Con razón se ha metido a Osmel en el bolsillo. Pero además, no se anda con medias palabras al hablar de su color y de su ausencia de melena. "Hago un llamado a la integración. Yo soy un ejemplo de ello. Soy una negra rapada y estoy concursando", dijo en la presentación a la prensa de las candidatas a Miss Venezuela, en respuesta a los enfrentamientos sociales que sacuden al país.

A mí, como venezolana, me llena de orgullo su historia. No que el que sea negra y esté de favorita a Miss Venezuela, o que se le reconozca su belleza. Eso es una deuda que tenemos en toda Latinoamérica con todos los afrodescendientes y, que se les empiece a  pagar, no me da orgullo, me da vergüenza. Lo que me maravilla de Jennifer Saa es cómo salió de la pobreza para convertirse en una modelo de fama internacional y que aún así le interese concursar para sembrar conciencia. Me emociona profundamente.

Cuando veo sus fotos de modelo, pareciera que nació en las pasarelas, pero lo cierto es que a los 11 años ya trabajaba vendiendo las conservas de coco que preparaba su mamá para ayudar a mantener su casa. Hija de inmigrantes colombianos, Jennifer Saa prefería jugar a la pelota o treparse a un árbol de mango, que vestirse con lazos y jugar a las muñecas. Uno de los peores momentos de su vida fue cuando perdió un dedo de la mano. Se electrocutó cuando tenía 15 años.

Concursó por curiosidad en su adolescencia y dice que ni sabía caminar con tacones, nunca se los había puesto. Debió aguantar burlas, le decían que tenía "cuerpo de culebra".  "Cuando quedé de cuarta finalista empecé a llorar y la gente pensaba que estaba molesta cuando, en realidad, estaba feliz de haber llegado tan lejos. Allí supe que esto era lo que quería hacer", contó, refiriéndose a ese primer certamen de belleza.  Si eso le parecía lejos, no sé cómo llamará al lugar en el que está ahora. Es una de las modelos consentidas del diseñador Ángel Sánchez, uno de los 10 latinos más famosos de la alta costura internacional. Ahora, podría conquistar una corona que nunca ha estado al alcance de una chica negra, menos sin pelo.

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¿Te preguntarás cuál es el drama con el cabello? No sé si me creerás que  los venezolanos no le han hecho tanto caso a su color, en comparación al *shock * de ver una candidata al Miss Venezuela con la cabeza rapada. Ni siquiera puede decir que es por un problema de salud. Me encanta lo que ha contado al respecto:

"Yo tenía una melena frondosa hasta la cintura y en 2011 un estilista se me acercó y me dijo que debía raparme, porque así podría destacar mi rostro y hacer la diferencia en el mercado. Tanto insistió que un día sin decirle a nadie tomé el autobús, me llegué a una peluquería  y pedí que lo hicieran. Me dije que si quedaba mal eso crecía y podía usar peluca. Cuando terminaron de afeitarme y me vi en el espejo, simplemente me enamoré del resultado porque era muy internacional. Aquí hay muchas negras y son preciosas, pero la mayoría tiene el cabello afro o liso".

Me encanta su valentía y espero de todo corazón que se lleve la corona de Miss Venezuela. Osmel Sousa ya ha dicho que es su favorita.¿Quién sabe si se convierte en la octava Miss Universo para mi país?

Imágenes vía Miss Venezuela