La historia de esta jovencita me conmovió hasta las lágrimas, pero estoy segura que será de gran inspiración para las personas que padecen desórdenes alimenticios como la anorexia.
La familia de Lynne Lang descubrió que ella era anoréxica cuando tenía 15 años y en apenas 18 meses había perdido peso abruptamente. Su vida pendía de un hilo: Su corazón funcionaba con dificultad y tuvo que ser internada en un centro médico con tal de prevenir una fatalidad.
Su condición era crítica y algo que la apasionaba inmensamente se convirtió en su mayor fortaleza para salir adelante. ¡Conoce más sobre esta valiente muchacha!
Lee más en ¿Qué más?: Padre cría solo a su hijita tras la trágica muerte de su esposa y te conmoverá
La pequeña de los Lang adoraba ser porritsta (cheerleader*)* y había participado en competencias en varias locaciones del Reino Unido como Glasgow, Liverpool y Nottingham, pero su problema de salud la había apartado irremediablemente de todo lo que adoraba.
"Lo perdí todo, mis amigos, mi familia, mi cheerleading
Ver sus fotos del antes y el después de su recuperación me da escalofríos. Su flacura extrema era preocupante, y lo peor es que hay millones de personas en el mundo que enfrentan el mismo problema.
Pese a que en un principio varios médicos aseguraban que era un peso "normal" para su edad, la abuela de Lynne, la señora Elizabeth Muldoon, no estaba convencida e insistió en buscar ayuda. Su nieta tenía un cuerpo de 15 años cuando en realidad contaba 17, y menos mal que se alarmó.
En 2012, la chica tuvo que ser rápidamente internada y tratada contra la anorexia. Debía ganar peso urgentemente y cambiar sus hábitos alimenticios, para no caer en las dramáticas estadísticas las cuales indican que 1 de cada 5 pacientes anoréxicos mueren prematuramente. Su corazón tenía solamente 32 latidos por minuto, muy por debajo de lo normal y el peligro era inminente.
Cuando ésta jovencita se vio conectada a un monitor del corazón entendió que debía hacer algo por su propio bienestar. Las situación se le escapaba de las manos. "Yo nunca pensé que algo estaba mal hasta que fui trasladada a la enfermería, allí supe que se trataba de algo serio", relató Lynne, quien entró en pánico cuando pensó que podía llegar a morir. ¡Pobre criatura!
Lo que más extrañaba era el cheerleading y afortunadamente se sobrepuso a su enfermedad pensando en que quería regresar a su pasatiempo favorito. Gracias a Dios y a la ayuda de sus parientes logró recuperarse con mucha fuerza de voluntad. "Todavía se me hace difícil, pero con trabajo duro, ahora logro mantener un peso normal", indicó nuestra valiente heroína.
Muchas personas podrían verse en el espejo de esta jovencita y buscar ayuda profesional si sospechan que sufren de anorexia. Una enfermedad que afecta el desenvolvimiento físico, emocional y mental de quienes la padecen. ¡Nunca es tarde para sanarse!
Images via Corbis/dailymail.co.uk