Confieso que esta historia me sacó lágrimas. Es la historia de Ian Pratt, un papá de 44 años que sabe que va a morir y decidió grabar una serie de videos con mensajes para su hijita Georgiana de apenas 3 años y medio. Los mensajes no son más que lo que le diría un papá a una hija a lo largo de su vida. Lo que me partió el corazón es que los está grabando porque sabe que no estará para ver a Georgiana crecer y por lo mismo no podrá aconsejarla y enseñarle las coas que los papás nos enseñas a las hijas.
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Ian padece de una rara enfermedad que está minando su sistema nervioso central y a su edad ya lo tiene confinado a una silla de ruedas. Los médicos dicen que le queda apenas un año de vida. Pero aún si viviera un poco más, iría perdiendo facultades y ni siquiera podría hablar. Por eso decidió grabar los conmovedores videos con las lecciones de vida para su pequeña niña.
Así, le aconseja que no se case con prisa, que nunca le guarde secretos a su mamá y tenga siempre presente lo mucho que la amó. Obviamente, Georgina verá los videos cuando crezca y cuando su papá se haya ido.
Además le habla de los muchachos, de los novios, de los hombres que formarán parte de su vida. Le dice que nos se conforme con menos de lo que merece y que tampoco se deje encantar por el primero que le pinte "pajaritos preñados", como diría mi abuelita.
También le dice que le romperán el corazón más de una vez. Que así es la vida. Pero que cuando aparezca el hombre de su vida, ella sabrá inmediatamente quién es. Además le dice que no importa lo que esa persona haga para ganarse el sustento. Total él (Ian) se ha asegurado de que ella tenga seguridad financiera, por lo que es muy importante que el hombre que ella termine eligiendo la quiera por lo que es y no por su dinero.
Ian no pasa por alto el tema del dinero y el manejo de las finanzas. Le habla a su hija de lo importante que es que tenga independencia financiera. Le dice que use la cabeza antes de usar las tarjetas de crédito. Le enseña cómo manejar un presupuesto y le dice que aparte un poco de dinero para viajar y disfrutar. También le habla de lo importante que es su educación, que estudie, que vaya a la universidad y que apunte alto y vaya tras sus sueños.
Mis hijos tienen 10 y 12 años y la verdad no quisiera ni siquiera imaginarme que no pueda terminar de criarlos y sacarlos adelante. Por eso tengo el corazón arrugadito.
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