La vida definitivamente cambia de un instante a otro y en el momento más inesperado. ¿Cuántas veces no hemos oído de celebraciones que terminan en tragedias y de milagros durante tragedias? Rachelle Friedman estaba feliz celebrando su fiesta de soltera cuando una amiga la empujó a la piscina. Lo que fue una jugada se convirtió en un desastre ya que Rachelle quedó paralizada.
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Chris Chapman se casó con Rachelle un año después del accidente. La feliz pareja celebró su matrimonio con ella en una silla de ruedas rodeada de familiares y amigos. Rachelle había soñado toda su vida con ser madre y perseguir a sus pequeños en la playa mientras jugaban al escondido, pero desafortunadamente ese sueño era una cosa del pasado. Los médicos le habían informado a la pareja que la medicina Rachelle tomaba producía defectos en el feto y no recomendaban un embarazo. Con la moral por el suelo y con otro sueño destruido, Rachelle decidió desahogarse con palabras y escribió un libro y un blog. En el blog Rachelle compartió su deseo de ser madre. Expresó su anhelo de rentar un vientre para tener un bebé.
De pura y física casualidad una compañera de la universidad de Rachelle, leyó el blog y decidió ayudarla. Aunque las dos mujeres no habían hablado desde hacía más 10 años, Laurel Humes se puso en contacto con Rachelle y le dijo que podían utilizar su vientre. ¿Se imaginan? ¡Qué generosidad tan grande la de Laurel! Es el regalo más importante que alguien puede darle a una mujer y provino prácticamente de una desconocida. Laurel dijo que su esposo había donado espermatozoides a una pareja de homosexuales y la experiencia había sido hermosa. Los dos son felices ayudando a otros a convertirse en padres. ¡Muy hermoso! Las dos madres iniciaron el proceso de embarazo en una clínica de California y no pueden esperar hasta que nazca el bebé. Rachelle recorre el país inspirando a personas con su historia y enseñándoles que ellos pueden hacer más de lo que creen.
Imagen vía Gofundme.com/Rachellefriedman