Para mí que ella se merece entrar al libro del Récord Guinness mundial, con esta tremenda hazaña. Imagínense lo difícil que es para una cantante, saber que puede llegar a perder su voz. Fue exactamente lo que le sucedió a Alama Kante, la vocalista que arriesgó todo con tal de no perder su más preciada facultad.
Había sido diagnosticada con un tumor en las glándulas paratiroides, de acuerdo a BBC Mundo. Corregir el problema era altamente riesgoso, pues se ubicaba en el cuello próximo a las cuerdas vocales ¡Qué miedo!
Sin embargo, la mujer oriunda de Guinea no se derrumbó y se atrevió a experimentar con un procedimiento jamás utilizado, que le permitió salir ilesa del quirófano, con su prodigiosa voz más potente que nunca. Se operó cantando, y te cuento cómo eso fue posible…
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Para empezar, se sometió a un proceso de hipnosis. Fue la única manera de poder resistir el dolor, en un tipo de intervención quirúrgica que comúnmente se practica con anestesia general.
Mientras el docente Giles Dhonneur, a cargo del departamento de anestesia y cuidados intensivos del hospital Henri Mondor en Francia, donde reside Alama, se disponía a utilizar el bisturí, la mente de la paciente volaba muy lejos a lugares remotos que le daban placer y la hacían cantar como nunca ¡Qué espectáculo!
"(Kante) entró en trance escuchando las palabras del hipnotista. Hizo un viaje muy largo a África y empezó a cantar. Fue increíble", explica Dhonneur sobre esta gran experiencia, que quedó registrada en video.
"Me dejé guiar", aseguró Kante durante una rueda de prensa celebrada recientemente. "Fue como si no estuviera en la sala de operaciones, estaba muy lejos, en Senegal" y me parece increíble cómo su concentración fue tal que logró divagar hacia donde la hipnosis la llevaba, pese al ambiente de hospital que la rodeaba ¡Yo hubiera temblado de pánico!
Verla en plena operación desplegando su voz con todas las ganas, dan cuenta de lo que era más importante para ella: mantener a salvo el maravilloso don que Dios le dió, sin dejar de atender su problema de salud.
Escucharla cantar era la única manera que los médicos tenían para estar seguros de que no estaban afectando las cuerdas vocales, por lo que era imprescindible que su canto fuera continuado. No faltó uno que otro susto, como los instantes en que permaneció callada al finalizar la operación…¡hasta que la escucharon hablar de nuevo!
Fue todo un experimento y afortunadamente salió perfecto, por lo que podría aplicarse a otros enfermos quienes padezcan la misma condición. Valió la pena todo el sacrificio, y les juro que canta como los ángeles ¡compruébalo en estas imágenes!
Imagen vía Thinkstock
