Este post se lo quiero dedicar a los pacientes con cáncer. Y aunque una vez más voy a referirme a esta enfermedad a la que tanto miedo le tenemos, lo voy a hacer con alegría. Porque en muchos casos el cáncer es curable y tenemos muchas razones para celebrar. Fíjate si no en esta graduación. Es diferente. Tuvo lugar en el Hospital Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York y los graduandos son nada más y nada menos que 30 adolescentes que alguna vez tuvieron cáncer y que ahora se preparan para ir a la universidad.
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Cada vez que tengo que hablar con alguien que sufre de cáncer, o que tienen un ser querido enfermo, pienso en mi hermana menor quien perdió la batalla. O en mi cuñada, a quien quisimos llevar al Memorial Sloan Kettering Cancer Center, pero no llegamos. O en el hermano de un amigo muy querido a quien le hicieron un trasplante de médula ósea en ese hospital, que visité por última vez en el otoño de 1998, y quien murió meses más tarde.
Pero a pesar de mis pérdidas, que no son pocas, tengo también historias de sanación y supervivencia que contar. Tengo tías y primas en remisión desde hace más de 15, 10 y 7 años. O sea, hay esperanza.
Y si no mira estos muchachos: regresaron triunfantes y sanos al hospital donde pasaron los peores días, meses y años de sus vidas. Fueron recibidos por médicos, enfermeras y también por los maestros que, gracias a un programa de la ciudad de Nueva York, se ocupan de que los niños enfermos no interrumpan su educación mientras están en el hospital.
Algunos de los graduandos ni siquiera viven en Nueva York, pero viajaron para estar presentes en la ceremonia y agradecer a los maestros que hicieron posible que siguieran estudiando a pesar de ser niños con cáncer. Niños que un día sufrieron de leucemia, sarcoma y otros tipos de cáncer, se reunieron para celebrar la vida y también para dar esperanza a los que hoy luchan contra la enfermedad.
Este es el octavo año en que el Departamento de Educación de Nueva York y el Memorial Sloan Kettering Cancer Center unen esfuerzos para que pacientes y ex pacientes de cáncer se gradúen y celebren su graduación. Y a mí me parece una maravilla porque la vida y la esperanza se celebran, así como también hay que celebrar a quienes están dando la batalla contra el cáncer.
Imagne vía Thinkstock
