Olivia Gillies nació con un síndrome extraño llamado Beckwith-Wiedemann (BWS) el cual causa el crecimiento extremo de los órganos. En el caso de la pequeña Olivia, la lengua venía creciendo incontrolablemente desde el momento de gestación. La niña nació con una lengua enorme pero gracias a la ciencia y a tres operaciones, ahora se prepara para ir al jardín infantil, aprender y jugar con sus amigas.
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Emma se hizo una ecografía de rutina cuando tenía siete meses de embarazo. Cuando el doctor vio el tamaño exagerado de la lengua del feto, diagnosticó el síndrome. El doctor también pronosticó que posiblemente otros órganos de la bebé iban a tener un tamaño más grande de lo normal.
Aunque los padres estaban sorprendidos con el diagnóstico, continuaron con el embarazo. Cuando la niña nació, Emma sólo pudo sostenerla por unos segundos antes de que se la llevaran a cuidados intensivos. Como la lengua de la niña salía de la boca y cubría su barbilla, tenía que ser alimentada por medio de tubos.
Para Emma fue imposible amamantar a Olivia como lo hizo con sus otros tres hijos. Olivia tuvo la primera operación de reducción de la lengua cuando tenía 6 meses de edad, en ese entonces la lengua era tan grande que le cubría todo el mentón. Desafortunadamente las cosas no mejoraban para la familia ya que los doctores determinaron que la niña necesitaba una traqueotomía para ayudarla a respirar bien y posiblemente otras dos operaciones.
¡Es increíble lo que unas familias viven con sus recién nacidos! Realemente es cuestión del azar porque nadie tiene la garantía de tener bebés sin problemas. Afortunadamente, Olivia acabó de celebrar sus 4 años y está feliz disfrutando del jardín infantil. Aunque necesita terapias de lenguaje, la niña come y respira normalmente.
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