Rebeca Sperry, una mujer de 22 años, se convirtió en mamá el mismo día que su esposo murió en un horrible accidente de tránsito en el que ella misma resultó gravemente herida para probar que Dios protege a las madres y que en circunstancias difíciles las mamás nos crecemos para vencer las dificultades.
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Rebecca y su esposo Jesse, quien tenía apenas 23 años, venían de la iglesia el 6 de abril cuando un auto se estrelló contra la parte trasera del de ellos en una autopista en Indiana. Tenía 9 meses de embarazo y enviudó el mismo día que tuvo su primer bebé.
El día del fatal accidente estaba programado que le indujeran el parto a Rebecca, quien ahora cuenta cómo su fe la ha sostenido y le ha dado la fortaleza para ser la mamá de su bebé a quien llamó Autumn Marie, y enfrentarse a la pérdida de su esposo, papá de su hija y compañero desde que estudiaban secundaria.
Cuando llegó malherida al hospital, las enfermeras que la atendieron le recomendaron leer la Biblia y la lectura de la palabra de Dios le dio la fuerza para seguir adelante, al tiempo que le recordó que el Señor tiene un propósito para todos.
Esta joven y valiente mamá encuentra consuelo en el hecho de que su esposo murió a su lado. Su último aliento ocurrió mientras ella lo tenía tomado de la mano y siente que ese momento fue una bendición. Se relajó y quedó inconsciente pensando en su bebecita por venir.
Fue rescatada de la autopista por un equipo de paramédicos y trasladada en helicóptero hasta el hospital donde los médicos le practicaron una cesárea de emergencia para que Autumn Marie pudiera venir al mundo sana y salva.
El conductor que chocó el auto de los Sperry es un policía que ese día no estaba trabajando y ahora enfrenta cargos criminales por conducir bajo la influencia de las drogas.
Imagen vía Rebecca Sperry/Facebook