El dolor por un bebé no nacido, o la muerte de un bebé que sencillamente nunca sale del hospital para alegrar la vida de su familia, es tan terrible como la pérdida de cualquier hijo. La edad es lo de menos. Lo que cuenta es la sensación de que se te fue lo que más querías, de que te quitaron un pedazo. Sólo quien ha pasado por eso sabe la pena inconsolable que se experimenta. Por eso cualquier cosa que te ayude aliviar ese sufrimiento es bienvenida. Y eso es precisamente lo que está haciendo la organización Neonatal Intensive Care Unit Helping Hands (Manos que ayudan en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) de Forth Worth, en Texas. Cuando te cuente cómo lo están logrando, seguro que vas a llorar como lo hice yo.
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Lo que está haciendo NICU Helping Hands es maravilloso: reciclando vestidos de novia y transformándolos en preciosos trajecitos para que los vistan bebés no nacidos o aquellos que se convierten en ángeles antes de dejar el hospital donde los trajeron al mundo.
Pero lo más maravilloso ha sido la respuesta de la gente. Mujeres de todas las edades: abuelas, mamás, hijas, esposos, familias enteras, han acudido al llamado que hizo NICU Helping Hands a través de la estación de TV local WFAA, y han donado sus trajes de novia para esta hermosa causa.
Abuelas que tuvieron su vestido de novia guardado en el ático por más de 50 años, recién casadas que lo vistieron hace apenas unas semanas, mujeres que a lo mejor lo atesoraron en una caja soñando con que alguna ve su hija lo luciera el gran día, todas han acudido con sus trajes, desprendiéndose de ese recuerdo, en un gesto de amor para llevar algo de alegría y consuelo a las mamás y familias que pasan por el dolor que significa ver partir a quien no pudo crecer, correr, jugar ni ir a la escuela.
Los más de 800 vestidos que recibió NICU Helping Hands en pocas horas, llegan todos con una historia. Y es que todos podemos conectarnos con esta iniciativa porque de una manera u otra, todos tenemos en el cielo a un angelito de estos.
En mi caso, es mi sobrinito Emiliano, quien no respiró a quien tuvimos que enterrar a los siete días de nacido, luego del funeral más triste al que haya asistido en toda mi vida. A WFAA llegó una abuela quien vivió el dolor de un nietecito no nacido, una mamá cuyo hijito no salió del hospital, una familia que donó para honrar una vida que no pudo ser. Todas las historias son conmovedoras.
Pero para mí lo más conmovedor es como la gente se desprende de algo tan preciado para llevarle una sonrisa a quien más lo necesita. Y además me parece maravillosa la idea del reciclaje, de la renovación, del ciclo de la vida.
Según NICU Helping Hands hacen falta muchos trajes de novia para transformarlos en vestiditos de ángel, porque son muchos los angelitos que van al cielo. Si quieres participar de esta iniciativa donando tu vestido de novia, o tu tiempo, pulsa aquí.
Imagen vía Thinkstock