Esta mañana, mientras escribía mi receta para este Miércoles de Ceniza, me encontré con un artículo maravilloso, titulado "La dieta del Miércoles de Ceniza", escrito por el Dr. Manny Alvarez, quien es editor gerente de Salud para el noticiero del canal de televisión en inglés Fox.
Me gustó tanto y me pareció tan sencillo en su forma de explicar el verdadero sentido de la cuaresma, que se me ocurrió compartir contigo la que sería mi dieta de cuaresma que espero te inspire y te ayude a vivir este período de ayuno, sin tener que ver la balanza para saber cuánto pesas…
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De lo que se trata es de deslastrarte de innecesarios pesos emocionales y prepararte para vivir una vida plena y saludable. Lo mejor de esta dieta es que está contenida en un libro que tardó en escribirse cerca de mil años y ha sido traducido a más de 2.450 idiomas: La Biblia. Y sus principios se resumen en los 10 mandamientos.
Aunque para muchos la cuaresma es tiempo de arrepentimiento y de evitar las tentaciones, tal como hizo nuestro Señor Jesucristo durante los 40 días que estuvo en el desierto, para mí la cuaresma es tiempo de reflexión, tiempo de orar para conectarnos con el Ser Supremo, conocernos a nosotros mismos, encontrar nuestra felicidad y compartirla.
También es tiempo de limosna. Pero la limosna no debe ser vista como un desprendimiento, sino como una oportunidad de compartir una dicha. Cuando compartimos los que tenemos por gracia de Dios, las matemáticas entran en acción de una forma maravillosa: las penas se dividen y las alegrías se multiplican.
Y también la cuaresma es tiempo de ayuno y de dejar de auto complacernos: un poco de hambre no hará apreciar la abundancia en la que vivimos y nos recordará que debemos contar a diario nuestras bendiciones.
En el artículo del Dr. Alvarez que provocó mi reflexión, habla de 10 acciones, así que me inspiré e hice mi propia lista, también de 10 items, para seguir adelante, haciendo bien sin mirar a quien y siendo mejores personas.
1. Mantén una relación cercana con Dios. Independientemente de que vayas o no la iglesia, es importante que vivas tu fe.
2. Se fiel a tus principios. Cultiva los valores de la familia, la solidaridad, el trabajo en equipo, la honestidad e incúlcaselos a tus hijos para que sean hombres y mujeres de bien, para que los prepares para la vida y para que sean adultos responsables e independientes.
3. Dile "te quiero" a las personas que quieres por lo menos una vez al día. Decir te quiero obra milagros. Vive y practica el te quiero.
4. Sonríe. A mí mi papá, quien es un amante del beisbol, me enseñó que mi sonrisa es una curva que puede enderezar muchas cosas. Y por experiencia te digo que siempre, siempre me va mejor cuando sonrío. Así que a pelar los dientes.
5. Dedícate por lo menos una hora diaria al día a ti, sin hijos, sin marido. Este es un tiempo para ti como individuo, como mujer, como persona no como mamá. En la medida en que seas más feliz, podrás proporcionar mayor estabilidad y felicidad a tu familia y a tus efectos.
6. Dedícale tiempo a tus hijos, a hacer cosas en familia. Siéntense todo a comer por lo menos una vez al día. No sabes la de valores y modales que se aprenden la mesa. Habla con tus hijos, cuéntales historias y escucha las de ellos. Disfruta el tiempo con tus hijos como si el mundo se acabara hoy mismo. Cuando menos acuerdes se habrán ido y tendrás el nido vacío. Así que vive el presente y disfrútalo.
7. Haz tu trabajo con alegría. No importa el tipo de trabajo que hagas, que puedas contribuir con el presupuesto familiar y hasta mantener a tu familia, es una bendición del cielo.
8. Respeta a tus mayores, hónralos, quiérelos y demuéstrales cuánto te importan. Agradece por lo que te dieron y legaron y sobre todo haz que se enteren: diles cuánto los quieres y la bendición que han sido y son en tu vida. Dile a tu mamá y a tu papá que los quieres. Haz lo mismo con tus abuelos. Expresa esos sentimientos mientras estén vivos y lúcidos. Para luego, es tarde.
9. Se agradecida. Dar las gracias no cuesta nada y en cambio hace sentir bien tanto a quien es agradecido como a la persona a la agradeces.
10. Practica la generosidad y la solidaridad. No te imaginas todo lo que puedes ganar dando.
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