Mary Quinn, la madre de Aly Femia, asistió al doctor para checar un dolor en el cuello que tenía, pero nunca pensó que el doctor la diagnostaría con un cáncer de pulmón en estado terminal. Lo peor de todo es que se había extendido hasta su cerebro.
Aly y su prometido, Anthony, planeaban tener su boda en septiembre del 2015, pero cuando le preguntó al doctor cuándo debería de hacer su boda para que su mamá asistiera, la respuesta fue: "mañana". Y en una historia que me sacó lágrimas, así lo hicieron.
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El personal del hospital de Yale New Haven reaccionó al momento y comenzó a preparar la boda en 24 horas para que Mary pudiera ver a su hija casarse. Los doctores llevaron a Aly a comprar su vestido, la pareja se aseguró de obtener su licencia, el equipo médico le compró una pulsera para que tuviera algo nuevo, una trabajadora social le dio un pañuelo de su abuela para que tuviera algo viejo y Aly usó un collar de perlas de su madre.
El hospital donó la comida, las flores y el pastel. La ceremonia se llevó a cabo en el cuarto donde su mamá estaba internada.
El padrastro de Aly la acompañó del brazo por el pasillo. Ya la joven había perdido a su papá 16 años antes por cáncer de pulmón. "Tal vez por eso era tan importante tener a uno de mis papás en mi boda", confesó Aly. "Estoy tan feliz que ella pudo estar ahí para verme decir "Sí, acepto" y casarme con mi mejor amigo".
Aly se casó el 29 de enero, su mamá perdió la batalla el 3 de Febrero.
Les tengo que confesar que yo perdí a mi papá unos meses antes de casarme y esta historia me hizo recordar cuánto lo extrañé en ese momento y lo mucho que me hubiera gustado que estuviera ahí para bailar conmigo.
Me da mucha alegría que esta chica haya podido tener al menos a uno de sus papás en este momento tan especial, porque lo más importante de una boda no es tener un vestido bonito, al maquillista de moda o una cena elegante, sino compartirla con las personas que amas.
"No pude haber pedido un día más perfecto", concluyó Aly.
Imagen vía Facebook/AlyFemia