Para nadie son una sorpresa las noticias que hablan de ex presidiarios que, en vez de aprender su lección parece que se educaron en criminalidad durante su estadía en la cárcel y al salir cometen actos cada vez más terribles. Creo que por eso me gustó tanto conocer la historia de Henry Ricketts, quien con apenas dos semanas de libertad decidió arriesgar su vida para salvar la de una niñita de dos años en Arizona. Lo que hizo no solamente era peligroso, sino absolutamente asqueroso. Para mí, eso lo convierte en un héroe por partida doble.
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Según el Hufftington Post, Henry Ricketts caminaba por un vecindario del área de Maricopa, Arizona, cuando oyó los gritos de una mujer. Resultó ser la mamá de la niña que se había caído dentro de un pozo séptico. Así como te lo digo. Lo increíble es que mientras la señora se desesperaba sin saber que hacer, este ex presidiario no lo pensó dos veces y se lanzó de cabeza hacia los excrementos a buscar a la pequeña.
En su desesperación hasta tragó de ese líquido putrefacto, con lo que puso en riesgo su salud. Con la ayuda de otros dos hombres, la chiquita fue rescatada, pero ya no respiraba. Otro señor que se había acercado al ver la conmoción le practicó técnicas de resucitación por las vías respiratorias y logró salvarle la vida. ¡Un verdadero milagro!
"Lo hubiera hecho por cualquiera", declaró el hombre. "Yo también tengo un hijo". ¡Me quito el sombrero! Ante sus palabras, no cualquiera lo hubiera hecho. Menos mal que hemos aprendido que vale la pena dar segundas oportunidades y que personas como Henry Ricketts las aprovechan. Espero que el resto de su vida siga haciendo cosas buenas.
Imagen vía captura de video ABC 15