Así que 2014 es el año de tu gran salto hacia adelante en materia financiera. Muy bien, finalmente te has decidido a encarrilar tus finanzas. Pero, así como tantas resoluciones de comienzos de año… sobre la dieta, el ejercicio o despejar espacios, la tarea puede parecer tan enorme que se corre el riesgo de abandonarla en febrero.
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En realidad, no tiene por qué ser así. Las metas que nos hemos propuesto no siempre son tan descomunales ni van a tomarnos más tiempo del necesario. Si a ver vamos, nos pasamos más tiempo viendo programas de televisión que ni siquiera nos gustan que lo necesario para arreglar nuestras finanzas.
Sólo tienes que seguir estos siete sencillos consejos y no solo estarás en camino de lograr la estabilidad financiera, sino que también te darás cuenta de lo fácil que es mantener el rumbo.
1. Evalúa tu gasto discrecional. Todos sabemos que la razón por la que terminamos en el foso es que gastamos más de lo que ganamos.
Pero cada quien es diferente en cuanto a las atribuciones emocionales de en qué gastamos. Para algunas personas, es el café con leche $4 cada mañana, y para otros, son los $2 cada tarde en aplicaciones para el iPhone.
Así que debes sentarse y examinar con lupa los movimientos de tu cuenta bancaria y de las tarjetas de crédito en los últimos dos meses. Suma esos pequeños cargos casi invisibles para encontrar tus fugas presupuestarias. A continuación, disponte a frenarlos.
2. Échale una miradita a tu perfil de crédito. Por ley federal, las tres principales agencias de informes de crédito tienen que darte una copia gratuita de tu reporte de crédito cada año, y ofrecerte la posibilidad de corregir los errores.
Pero, ¿cuándo fue la última vez que ejerciste ese derecho? No sólo puedes saber lo que hay en tu informe de crédito y corregir errores, sino que podrás ver si vienes arrastrando algunas viejas cuentas sin pagar.
Así podrás arreglar tu presupuesto para cancelar esas deudas pendientes.
3. Comprende cuánto te cuestan tus deudas. Una cosa es tener una hipoteca o préstamos estudiantiles por pagar (o incluso un pago de carro razonable). Y otra cosa es deberle dinero a las compañías de tarjetas de crédito o a un préstamo de consolidación de deuda.
Cada cosa en la que gastas dinero, en realidad te está costando un 10 por ciento, 20 por ciento y hasta un 30 por ciento más, según cuántos sean los intereses sobre esa deuda.
Si piensas en esos gastos discrecionales como un costo de oportunidad de pagar tu deuda, de seguro disminuirás los montos mensuales hasta cancelar del todo tus deudas.
El punto es que las deudas sin un gasto extra, del que a veces no somos conscientes.
4. Presupuesto, presupuesto, presupuesto. Ahora que tienes claro cuánto gastas y cuánto debes, detente y mira bien cuánto dinero te ingresa y en qué realmente necesitas gastarlo: comida, vivienda, transporte y ropa.
El resto es tu presupuesto discrecional: si tienes deudas por consumo es que has gastado mucho.
Por lo tanto, debes fijarte un presupuesto discrecional mínimo para cubrir un café con leche una vez a la semana, una compra de aplicaciones de dos veces al mes o un almuerzo para llevar a la semana (el punto es que tus indulgencias son las que están matando tus finanzas), y planifica para que canceles la deuda que has dejado de pagar.
5. El ahorro es lo que te cuesta menos. Cuando uno vive al día, no hay mayor asesino del presupuesto que los gastos por emergencias, ya sea una emergencia dental, atención veterinaria o una reparación de automóvil inesperada.
No podemos prever con exactitud la próxima emergencia, pero sí debemos estar conscientes de que alguna habrá. Así que lo mejor es poner en práctica la estrategia de ahorrar el 25 por ciento, para estar en capacidad de afrontar lo inesperado.
Alguna estrategia de previsión debes desarrollar porque el caso es que tarde o temprano vas a necesitar un dinero extra. Y es mejor estar prevenido.
6. Concéntrate en tu declaración de impuestos. Aunque técnicamente no tienes que pagar los impuestos hasta el 15 de abril, si quieres reducir al mínimo lo que entregas al Tío Sam, no esperes hasta el último minuto para llenar tu planilla de declaración de impuestos.
Utiliza el sitio web del IRS , un programa del sector privado o el de tu estado o también el servicio de preparación de impuestos del municipio para familias de bajos ingresos, para que te familiarices con los créditos y deducciones a los que podrías tener derecho (si tienes esta información, conservarás los recibos y otras pruebas para justificar tus exenciones).
Al igual que el resto de sus finanzas, un poco de planificación con tiempo puede hacer un mundo de diferencia.
7. No renuncies a la responsabilidad de tu futuro financiero. A nadie le gustan las tareas y mantener una estrecha vigilancia sobre las finanzas sin duda puede ser una tareíta pesada.
Lo más fácil es dejarle las cosas al destino. Pero, con toda seguridad, tú no dejarías un montón de basura ahí tirada esperando que pase algo bueno. Tampoco dejas que se acumule la ropa sucia con la fantasía de que cuando no tengas nada que ponerte, simplemente comprarás ropa nueva (aunque la idea, ciertamente, es tentadora).
En fin, así como no te zafas de tus obligaciones, no dejes tampoco tus finanzas libradas al azar.
Asegúrate de que esta resolución de Año Nuevo se mantendrá porque es fácil para ti: hazlo poco a poco, fíjate metas alcanzables y utiliza las herramientas a tu disposición, como la tecnología, para minimizar tiempo y esfuerzo necesarios para mantenerse en el camino.
Imagen vía Thinkstock