La pequeña Abigail Beutler no tenía ninguna esperanza de sobrevivir. Antes de nacer fue diagnosticada con el síndrome de Potter, una condición prenatal que afecta el desarrollo de los pulmones de los fetos. Cuando su madre, la congresista repunlicana Jaime Herrera-Beutler fue diagnosticada con esta enfermedad quedó totalmente devastada, desorientada. Dice que como cualquier madre en sus zapatos no sabía qué hacer. Tanto ella como su esposo Dan, entendían que ningún bebé había logrado sobrevivir con ese diagnóstico.
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Sin embargo, contra todo pronóstico Jaime Herrera-Beutler decidió seguir adelante con su embarazo y, encontró un médico en el hospital Johns Hopkins, de Baltimore, que decidió hacerse cómplice en su aventura y probar un tratamiento experimental a la congresista, a quien a lo largo de su embarazo estuvo aplicando unas dolorosísimas inyecciones de solución salina en el abdomen para que los pulmoncitos de la bebita tuvieran suficiente líquido para desarrollarse.
Ante la mirada atónita de incrédulos puristas, el tratamiento médico al parecer funcionó y la pequeña Abigail nació el 15 de julio. "Cuando ella nació, todo el cuarto estaba en silencio. Todos esos profesionales de la medicina estaban allí observando y creo que preparados para lo peor, pero ella nació llorando", comentó una emocionada madre a Fox News.
De acuerdo a los doctores del Lucile Packard Children's Hospital, en California donde la pequeña es tratada actualmente, sus pulmones están trabajando bien, convirtiéndose en el primer caso donde un recién nacido con el síndrome de Potter logra superar esa condición.
Si bien es cierto que Abigail debe estar bajo cuidados médicos, que incluyen diálisis constantes, hasta que sea sometida a un transplante renal, probablemente después del primer año de nacida, el nefrólogo Steven Alexander, médico tratante de su delicada condición renal, asegura que el diagnóstico es sumamente alentador.
Los padres han hecho público este caso y cada paso que gana esta recién nacida en la batalla por sobrevivir, asegurando que lo único que quieren es alentar a otros padres cuyos hijos son diagnosticados con enfermedades fatales para que no pierdan las esperanzas.
"Nuestra niña tuvo un diagnóstico 100 por cieto fatal y está a punto de cumplir dos meses", dijo un esperanzado padre.
Cualquiera que haya tenido un ser querido que haya sido diagnosticado con una enfermedad fatal sabe que asirse a un milagro – como estoy convencida que es el caso de la pequeña Abigail- es lo que mantiene tanto a familiares como enfermos con las fuerzas necesarias para seguir luchando. Como madre y como ser humano esta noticia me llena de gozo y confirma mi creencia de que los milagros sí existen y están a la vuelta de la esquina esperando por nuestras peticiones.
Imagen vía Jaime Herrera-Beutler
