No me lo vas a creer, pero desde que alguien me dio este consejo, mi vida financiera cambió radicalmente. Todo es cuestión de modificar el punto de vista y pensar muy claramente en estas cuatro palabras antes de comprar cualquier cosa. La máxima se aplica a la comida, a la ropa, o a cualquier tipo de productos, desde algo grande como un coche o algo pequeño como un sacapuntas. Fíjate como funciona.
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Las palabras, entonadas en forma de pregunta, se resumen en la frase : ¿Me hacía esto falta ayer? Eso es todo. No tiene ciencia ¿verdad?
Obviamente que en casos, como en el de los productos alimenticios hay que darle una vueltita. La pregunta, recomienda el blog What Mommy Does (Lo que hace mami), sería ¿voy a cocinar ésto esta semana o la próxima? Si la respuesta es no, evita comprar el producto, a menos que sea algo que tiene un precio increíblemente bueno y va al freezer o a tu alacena.
Lo mismo se aplica a la ropa, pero con una vueltita en el caso de una ocasión especial. ¿Me la voy a volver a poner en el próximo año? Si la respuesta es que no. Te recomiendo que busques un modelo más versátil.
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La idea de esta táctica es evitar o al menos reducir las compras innecesarias. A menos, claro, que te quieras dar un gusto, pero para eso te recomiendo que te pongas un presupuesto y no te salgas de ahí. Es demasiado fácil caer en tentaciones cuando no nos ponemos límites.
Por último te sugiero que apliques la técnica de "por algo que entra, algo sale". Si tienes cuatro pantalones negros y te quieres comprar un quinto, ten en mente que te vas a tener que deshacer de alguno de los que están en tu closet….Así también lo vas a pensar mejor.
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