La mayoría de las mujeres se ponen nerviosas el día de su boda, pero estoy segura que muy pocas han tenido motivos serios para estarlo. Lo digo por el caso de una novia de Kent, Washington, a la que le robaron su vestido de novia ¡el día de su boda! El despiadado crimen ocurrió en la mañana mientras ésta empacaba las cosas para la ceremonia en el automóvil. Cuando se metió rápidamente a su casa, para recoger más cosas, al regresar se dio cuenta de que alguien se había robado su vestido de novia, por lo que desesperada llamó al 911, sin sospechar que esa llamada, salvaría su gran día, como relata un informe del The News Tribune.
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Y es que, del otro lado de la línea se encontraba Candice, una operadora del 911 que se había casado hace un año y medio. Al escuchar el cruel caso de esta novia intentó tranquilizarla, mientras tomaba sus datos, pero cuando le preguntó cuándo era la boda y ésta le dijo que ese mismo día por la noche, sintió la necesidad de ayudarla de inmediato. Fue entonces cuando se acercó a su supervisor a pedirle algo inusual: "¿Puedo ofrecerle mi vestido?".
Desde ese momento el universo parece haberse alineado para que todo saliera bien. Su jefe aceptó y Candice le pidió al oficial que se estaba haciendo cargo de la llamada, que le preguntara a la novia si aceptaría su vestido. Ésta le pidió que le enviara una fotografía. Aunque a ella le gustó el vestido, ambas se preguntaban si le quedaría. Por lo que el siguiente paso era enviarle el vestido, el cual estaba guardado en la casa de los padres de Candice que vivían en el otro extremo de Washington, pero se encontraban fuera de casa.
Entonces Candice llamó a su esposo Brandon, quien por casualidad se encontraba en casa y le pidió que fuera por su vestido de novia a la casa de sus padres. Tras una serie de contratiempos, éste llegó a la casa del prometido de la novia y lo dejó ahí, mientras la novia se preparaba para la boda.
Por fortuna todo salió bien y a la mañana siguiente, Candice recibió un mensaje de la novia y el novio agradeciéndole lo mucho que había hecho por ellos. "Si no hubiera tomado esa llamada, no hubiera escuchado sobre ello. Si ella no hubiera sido de mi talla, no hubiera funcionado. Si mi esposo se hubiera ido a acampar en lugar de quedarse en casa, no hubiera podido ir por el vestido. Dios hace cosas maravillosas y esta mujer, cuya boda pudo haberse arruinado, tuvo un día especial después de todo", expresa Candice.
¡Qué bella historia! No cabe duda que las buenas acciones, tienen un final feliz. Ojalá que en el mundo existieran personas tan generosas como esta mujer. Espero que esta pareja nunca olvide el gran regalo de bodas que recibieron gracias a la bondad de Candice y que ayuden a otros cuando tengan la oportunidad.
Imagen vía Baha'i Views / Flitzy Phoebie/flickr