Una de las razones de mayor peso, a la hora de tomar la decisión de separarte, es sin dudas el presupuesto. De compartir una casa y los gastos de electricidad, agua, calefacción, internet, teléfono y televisión por cable, entre otros, esos gastos se multiplican, literalmente hablando, por dos casi inmediatamente. Sin contar con que ahora la pareja deberá pagar no una sino dos casas (sean hipotecas o rentas).
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Por mucho que tu ex pague por la manutención de sus hijos, es mucho más costoso vivir cada uno por su cuenta, que juntos. Sin embargo, el factor económico no debería ser impedimento para la separación. Me refiero a que el precio psicológico y emocional de vivir con una pareja con la que ya no estás cómoda, o de la que no te sientes enamorada, es tan alto, que no vale la pena seguir en la relación.
Si estás pensando separarte o ya lo estás, lo primero que debes hacer en tener en cuenta que tu estilo de vida va a cambiar porque tu presupuesto cambió. Pero como no hay problema sin solución, comparto contigo algunas ideas para que lleves una vida más frugal, que te permita afrontar tu nueva condición con serenidad y sobre todo con mucha paz mental que es lo que todas anhelamos cuando damos ese gran paso que es una separación.
1. Elimina la línea de teléfono fija. Cada vez el uso de la telefonía móvil es más popular. Con un celular disponible, ¿quién necesita hoy en día un teléfono fijo? Yo estoy esperando que expire el contrato que tengo con la compañía que me provee el servicio para suspenderlo definitivamente. Con esta decisión estaré ahorrando un promedio de 400 dólares al año.
2. Revisa tu paquete de televisión por cable. ¿De verdad necesitas ver TODOS esos canales de televisión? ¿Cuántas horas pasan tus hijos frente a la pantalla chica? ¿Tiene sentido que tengas contratados TODOS los canales de deportes cuando quien veía todos los juegos de basquetbol, de béisbol, de fútbol y todas las peleas de boxeos de todos los pesos habidos y por haber ya no vive contigo? Revisa tu paquete de televisión por cable y seguro te puedes ahorrar como mínimo 150 dólares al año.
3. Reduce la temperatura de tu calentador de agua. Especialmente ahora en verano, ¿quién necesita agua hirviendo? Reducir la temperatura a tu calentador te puede ahorrar unos cuántos dólares al mes.
4. Limita el uso de tu aire acondicionado. No necesitas que tu casa parezca una nevera. Yo vivo en Florida, donde el calor puede ser insoportable porque además es húmedo. Por eso mantengo una temperatura de 74F durante el día y de 73F durante la noche. No tiene sentido que sea verano y que estemos con suéteres dentro de la casa. Apaga el aire antes de salir. Si mantienes puertas y ventanas cerradas no hay razón para que la casa se caliente mientras no estás.
5. Apaga las luces. Enseña a tus hijos a ser conservadores con el uso de la energía eléctrica. Que apaguen el televisor si no lo están viendo y que aprendan a no dejar los sistemas de videojuegos encendidos, lo mismo que las lámparas cuando salen de sus cuartos. Apaga los ventiladores cuando sea innecesario tenerlos encendidos. Verás como el ahorro es automático.
6. Revisa tus facturas. Así puedes ver en qué estás gastando y hacer ajustes como el que te sugiero con la línea de teléfono fija o la televisión por cable. Además a veces las compañías que las emiten también se equivocan y una llamada te puede ahorrar unos cuantos dólares.
7. Aumenta el deducible de la póliza de seguros de tu auto. Por supuesto que todos queremos un deducible bajo, porque si algo llega a ocurrir es menos el dinero que tenemos que poner de nuestro bolsillo. Pero un deducible bajo también significa que el costo mensual de la póliza es más costoso. Tal vez por un tiempo lo mejor sea aumentar ese deducible y pagar menos todos los meses. Y aunque con la salud no se juega, tal vez puedas aplicar una estrategia similar en lo que a tu póliza de seguro médico se refiere.
8. Háblale claro a tus hijos. No importa cuán pequeños sean, mientras más pronto comprendan cuál es la nueva situación de la familia, mejor para todos. No se trata de generarles ansiedad. Se trata de que entiendan que todos debemos colaborar para salir adelante.
9. Sonríe, que la vida es bella. No eres la primera ni la última en pasar por una situación como ésta. Piensa en el costo emocional de seguir casada cuando sabes que lo mejor para ti es seguir adelante por tu cuenta. Cuando menos acuerdes, el sol habrá vuelto a salir para ti y te reirás de las penurias que pasaste. Cuenta tus bendiciones. Dale gracias a la vida porque puedes afrontar tu situación, por tus hijos y sigue adelante con alegría que sí se puede.
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