
Un tonta pero afortunada equivocación que cometió una jovencita de 16 años, se convirtió en el milagro que estaba esperando Olivia Johnston-Wilder, quien se encontraba paralizada de la cintura para abajo luego de una caída traumática. Todo comenzó porque Olivia, nacida en Coventry, Inglaterra, se encontraba en pleno proceso de recuperación en el University Hospital, cuando se bajó de su silla para distraerse en al área de juegos para niños. Mientras estaba tratando de meterse dentro del carrito de juguete plástico, la joven torció la espalda y se dio cuenta de que podía sentir sus piernas. Continúa leyendo sobre esta hermosa historia.
Lee más en ¿Qué más?: Le roban su vestido de novia horas antes de la boda y una llamada al 911 la salva
Olivia ya se había hecho a la idea de que nunca más iba a volver a caminar hasta que quedó atrapada en el carrito de plástico.
"Comencé a sentir pánico y no sabía de qué manera me iba a poder salir de ahí", dijo la joven a Cater's News Agency. "Mientras estaba tratando de liberarme, sentí un fuerte dolor en la espalda y sentí punzadas de diferente intensidad en mis piernas", agregó.
Hace unos seis meses, Olivia se cayó y se rompió la espalda en cinco partes. Desde entonces no había tenido ninguna sensación en sus piernas. Como era de esperarse, la joven estaba aterrorizada de pensar que no volvería a caminar el resto de su vida, y no es para menos, siendo tan joven y con todo el futuro por delante.
Pero gracias al carrito de plástico, Olivia pudo experimentar un milagro en su cuerpo. Los doctores inmediatamente le realizaron una serie de exámenes con los que comprobaron que ella había recuperado la sensación en las piernas y comenzaron el proceso de rehabilitación y de fisioterapia en el Birmingham Children's Hospital.
A pesar del destello de esperanza de que caminaría de nuevo, Olivia admite que el proceso no le resultó sencillo. "Fue terriblemente difícil mantenerme, había momentos en los que me rendía y creía que sería más fácil pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas".
Pero gracias al apoyo que recibió de las enfermeras, los especialistas, su familia y amigos, ella optó por la determinación de cumplir su deseo
Olivia, quien sufre de desorden bipolar, ha recuperado mucha fuerza en sus piernas por lo que ahora puede correr sin muletas y recauda donaciones para el Birmingham Children's Hospital.
¡Los milagros existen! Yo lo creo, el caso de Olivia es la prueba de que cuando se tiene una fe sólida todo es posible, por algo dicen que mueve montañas. Aunque a veces dudamos que podremos conseguir eso que tanto anhelamos, lo único que nos permite lograrlo es la certeza.
Olivia no hubiera recuperado su capacidad de caminar si en el fondo de su corazón no hubiera tenido la certeza absoluta de que esto ocurriría de nuevo. Dudar es parte de la certeza, pero lo que hizo ella fue que en lugar de alimentar sus temores y dudas, alimentó sus verdaderos deseos ¡Linda historia!
Imágenes vía Thinkstock/Cater's News Agency