Una increíble historia de cómo la vida se abre paso -y donde sea-, nos enseña que cuando es tiempo de que un bebé nazca, es momento.
Amy Beth Cavaretta dio a luz en donde menos te lo esperas, a tan sólo unos pasitos de las puertas del hospital, ¡y una fotógrafa captó el momento exacto!
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Amy simplemente no logró llegar ni al lobby del hospital. Y en una increíble coincidencia, Emily Robinson, una fotógrafa y amiga de la nueva mamá capturó el hermoso y drámatico alumbramiento.
Robinson documentó prácticamente todo por medio de su cámara, mientras que su amiga daba a luz a una sana bebita, Sienna Grace, CERCA de un hospital en Boca Ratón, Florida.
La mamá fue incapaz de caminar del auto a la puerta principal de la clínica, cuando dio a luz, con la ayuda de su médico, Laurie Ross Berke. Eso si, lo hizo en la banqueta de la cuadra, sobre una silla de ruedas.
La feliz mamá de 36 años comentó que aunque no planeó dar a luz de esa forma, no fue una total sorpresa. "Mi primer parto, con mi primera hija Sophia, sólo tomó 6 horas -todo el proceso de alumbramiento-, así que todos sentimos que éste sería más rápido… pero no esperábamos que fuera TAN rápido", declaró a la prensa.
Al parecer hubo alrededor de 11 contracciones cada 5 minutos cuando estaba Cavaretta en su casa, pero no se alarmó. Su amiga Emily, llegó 20 minutos después. "Para cuando llegó ya no podía caminar debido a las contracciones", dijo la mamá.
Su esposo, Joe, corrió por el auto, y se rompió la fuente de su esposa. Llamó entonces a su doctora para que la encontrará en el hospital, y rápido…
"Después de eso mis contracciones no se detuvieron y eran muy dolorosas. El camino al hospital duró 25 minutos. Fue increíble, los 25 minutos más largos de mi vida", declaró la valiente mujer.
"Llegamos al hospital, salí del auto, y tuve un contracción masiva, me recargué sobre el carro, y lo único que tenía que hacer era caminar a la puerta del hospital, pero dije 'No voy a lograrlo'. Sólo había estado 2 horas en labor de parto".
Afortunadamente la doctora llegó en el momento, y la mamá le dijo ¡que la cabeza ya estaba afuera! Dos empujoncitos después, el bebé había llegado al mundo. Cavaretta ni siquiera se sentó bien en la silla de ruedas. Sólo se apoyó de ella para parir.
Ahora ella, su esposo y sus dos hijitas se encuentran tranquilos y en perfecta salud.
Lo veo y no lo creo. Me quito el sombrero para esta valiente mujer.
Imagen via Facebook/Emily Robinson
