Más de una vez habrás escuchado a alguien decir cosas como: "La culpa es mía porque yo le di ese proyecto cuando no estaba listo para hacerlo", "La responsable soy yo porque tendría que haberle explicado mejor cómo hacer X," o "Yo asumo la responsabilidad de no haber entregado la tarea a tiempo".
Y seguro que habrás escuchado en más de un discurso ya sea de aceptación de un premio o de apertura o cierre de una conferencia cosas como: "Nada de esto hubiera sido posible sin la colaboración de mi equipo", "Yo no hice nada, la que realmente se merece el aplauso es X".
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Las primeras son variantes de expresiones que denotan a un jefe haciéndose cargo de un error cometido por alguno de sus empleados. Las segundas, son expresiones de un jefe que le da el crédito a los demás porque él/ella ya tiene el reconocimiento que le viene dado por su posición de jefe.
Es lógico que cuando llegas a un puesto de supervisión se espera de ti un comportamiento distinto del que tenías como empleada. Tienes más responsabilidades y personas que dependen de ti y de tus decisiones. El tema es que para lograr subir al próximo nivel debes demostrar que ya tienes las destrezas necesarias aunque todavía seas empleada. Pues empieza por hacerte responsable de tus errores y por saber dar crédito a las personas de tu equipo cuando lo merecen. Y además:
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Ofrécete de voluntaria para colaborar con algún proyecto que te interese aunque no entre dentro de la descripción de tu puesto laboral. Puede ser algo que le han pedido a tu jefe o algo que tiene una fecha de entrega muy ajustada y donde hacen falta que alguien ponga el hombro.
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Antes de pedirle ayuda a tu jefe para resolver un problema inesperado, trata de resolverlo tú o al menos pensar en un par de opciones para proponerle a tu jefe. Esto demuestra tu iniciativa, creatividad y que no te asustas frente a las dificultades.
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Mantén la calma en situaciones difíciles. Aquellos que logran no sólo mantenerse calmos sino tranquilizar a los demás en momentos de estrés demuestran sus cualidades de líderes.
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Cumple tu palabra a toda costa. Si prometiste algo, cúmplelo y si algún inconveniente te impide hacerlo avisa con tiempo para que las personas involucradas puedan ajustar sus expectativas. Pero siempre recuerda que tu palabra es lo más valioso que tienes y debes cuidarla como el oro.
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Habla bien de tus compañeros siempre que sea posible y evita hablar mal de ellos. Ensalza sus virtudes, comenta sus éxitos, proponlos para oportunidades laborales y asístelos cuando requieren de tu ayuda. Esta generosidad de espíritu mostrará otra característica importante de los jefes: ponderan a sus empleados frente a sus propios supervisores.
¿Has notado algunas otras maneras de actuar de tus jefes que te llaman la atención? Comparte conmigo cuáles para ir ampliando esta lista.
En un próximo blog seguimos conversando de qué puedes hacer hoy para llegar a ser jefa en el corto plazo.
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