Todos los días nos quejamos de las cosas más tontas, muchas veces olvidándonos que hay personas cuyas vidas son verdaderamente difíciles. Desde gente que no tiene nada que comer hasta personas que han sobrevivido los peores ataques violentos. La historia de Carmen Tarleton es un ejemplo de esto. Hace cinco años, la madre de dos fue víctima de lo que ha sido llamado uno de los peores ataques de violencia doméstica al quedar prácticamente desfigurada cuando su marido le quemó el 80 por ciento de su cuerpo con lejía tipo industrial.
Tarleton no sólo sobrevivió sino que después de más de 50 operaciones finalmente ha recibido un trasplante de cara que le cambiará la vida.
La operación, que es la quinta de su tipo llevada a cabo por un equipo de médicos del Boston's Brigham and Women's Hospital, duró 15 horas y le ha dado nueva piel en la cara y el cuello además de arterias musculares y nervios en el cuello, la nariz, los labios y el resto de su cara.
Yo no sé mucho de medicina, pero según la explicación del hospital y de la animación que demuestra un poco cómo funciona el trasplante, la verdad es que suena a milagro. Aunque no se ha revelado la nueva cara de Tarleton–quien básicamente quedó como un monstruo después del terrible ataque en manos del desgraciado de su esposo–sí han dicho que está maravillada, agradecida y muy feliz.
Y no es para menos, aunque de todos modos vale recalcar la fortaleza, valentía y ganas de seguir viviendo de esta increíble mujer. Y es que yo no sé si yo hubiese podido seguir adelante después de quedar desfigurada, ciega y con un dolor que no me puedo ni imaginar por culpa del hombre que juró amarme hasta la muerte.
Pero Tarleton no solamente ha salido adelante, sino que también ha escrito un libro y quiere compartir su experiencia con toda la gente como prueba de que todo pasa por algo y que hay que aprender a encontrar y estar agradecido por las bendiciones en nuestras vidas a pesar de las dificultades.
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Imagen vía Round Table Companies
