En mi país les decimos "viejos verdes" a los señores que las prefieren jovencitas. Aquí en Estados Unidos llamamos "sugar daddies" a los hombres dispuestos a comprar juventud con dinero. Yo, como siempre, aclaro que para cada quien hay su cada cual, que como decimos en inglés you need two to tango, y que tengo por norma no juzgar a nadie porque por fortuna soy escritora y no jueza. Pero cuando me enteré de que cada vez más estudiantes mujeres de las universidades de Nueva York (NYU) y Columbia, ambas en la Gran Manzana, buscan arreglarse con sus sugar daddies para cubrir los elevados costos de su educación no pude sino exclamar ¡fin de mundo!
Ya me dirán que para cosa que escribo tengo un cuento. Pero casualmente tuve la fortuna de poder estudiar en ambas universidades: en NYU, cuando me preparé para tomar los exámenes TOEFL y GMAT para poder hacer mi postgrado, y en Columbia, de donde egresé con un máster en Políticas Públicas.
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Se, porque lo viví, que la matrícula en ambas universidades es carísima, lo mismo que los costos de vivir en Manhattan. De hecho, según la revista Forbes, el costo anual de estudiar en Columbia (en el ranking de las 10 mejores universidades del mundo), asciende a 59.208 dólares ¡al año!, y en NYU cuesta otro tanto (58.858 dólares anuales).
Pero de ahí de irme a dormir con un "papacito" para levantarme sin deudas… no lo sé… no critico, pero en mi caso opté por "fajarme" a estudiar de manera que 80% del crédito educativo que me otorgó una institución financiera de mi país se convirtió en una beca (gracias a mis buenas calificaciones), y el otro 20% lo pagué trabajando en una agencia del gobierno, cuando regresé a mi país.
Sin embargo, en beneficio de estas muchachas, estudiantes de tan prestigiosas universidades, que optan por un sugar daddy que les resuelva la vida, tampoco es que estén ejerciendo la profesión más antigua del mundo. Según el sitio web SeekingArrangement.com, a donde estas sugar babies van en busca de su sugar daddy, en muchos caso el tal arreglo termina con marcha nupcial y todo.
Como diría mi abuelita: de todo hay en la viña del Señor. Pero lo que si les digo es que jamás pensé que ni Columbia ni NYU entrarían de primera y segunda en el ranking de las universidades con más alumnas buscando que un papito les pague la matrícula y los gastos.
Imagen vía Seeking Arregments.
