
Debo confesar que soy una persona que analiza mucho lo que sueña, ya que algunas cosas con las que he soñado ¡se han hecho realidad! Y aunque mucha gente piensa que estoy loca, debido a que me la paso interpretando mis sueños, sé que me creerán más, cuando conozcan el caso de Sophia Tricanico, una pequeñita de 5 años de edad, que se despertó el lunes por la mañana, con el corazón esperanzado, tras soñar que su papá –quien es un soldado estadounidense y se encontraba en Afganistán– llegaba a su escuela a recogerla. "Abuela vi la cara de papá. Soñé que me iba a recoger a la escuela" le contó la niña a su abuela Carol Schmidt, a pesar de saber que su padre no regresaría hasta marzo.
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Pero nadie se imaginó, que lo que había soñado esta chiquita de Nueva Jersey, se convertiría pronto en una realidad, cuando pocas horas después, el soldado Alejandro Tricanico, llegó por sorpresa a la escuela primaria K-5 para visitar a su pequeña, Sophia y a su hermana mayor, Alexandra Schmidt, de 14 años, con motivo de un homenaje que la escuela había preparado para todos aquellos que servían en el ejército, como señala un informe del MyCentralJersey.com.
Aunque Tricanico, se encontraba en Estados Unidos, desde hacía dos semanas, para cumplir con otras diligencias, se tuvo que aguantar unos días, para no ponerse en contacto con sus hijas. "Mantener el secreto fue muy difícil. Yo llamaba y pretendía que todavía estaba en el extranjero. Esa fue la parte más difícil" contó el soldado. Por su parte, Crystal Tricanico, la madre de las niñas, agregó que mantener el secreto fue aún más difícil, sobre todo después de la masacre ocurrida el pasado viernes en Newtown, Connecticut; pues lo único que deseaban, era estar con sus niñas.
Pero las emotivas imágenes de este reencuentro -que provocó las lágrimas de quienes vieron a estas niñas llorando de felicidad- no fueron las únicas que han conmovido, recientemente, a los ciudadanos estadounidenses (en un momento en el que los sentimientos están a "flor de piel" tras la masacre que vistió del luto al país). En Nashville, Tennessee, un marino, llamado Jordan Pritchard, se paró a la entrada de la escuela primaria de sus hijos, vistiendo su uniforme, con la intención de resguardar el edificio en el que estudian sus hijos. "Sentí que esto es algo que tenía que hacer" dijo el sargento a WSMV, un canal local de televisión.
Y es que, no cabe duda que, la terrible masacre ocurrida en la escuela primaria de Newtown, ha sensibilizado los corazones de todos los padres de familia, pues hoy más que nunca, valoran cada minuto que tienen con vida a sus niños y se preocupan enormemente por su seguridad. Ojalá que todos contáramos con una "bola mágica" que nos advirtiera cuál será el próximo blanco de los asesinos, pero como, desafortunadamente, eso no existe, creo que sólo nos queda prepararlos para una situación de riesgo y tener fe en que nada malo les pase.
Imagen vía My Central Jersey